En plena era de exhaustivos controles en los aeropuertos y con todo tipo de tecnologías para identificar a los pasajeros de un vuelo, un avión tuvo que dar media vuelta ayer cuando ya estaba en el aire porque se dieron cuenta que esa gente que llevaba no era la que le había contratado. Sucedió en el altipuerto de Courchevel donde solo una compañía tiene permiso para hacer vuelos comerciales. Dos grupos de personas de similares características y mismo destino esperaban un vuelo a la misma hora. Uno de ellos se metió en el primer avión que vio.
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