Hace 6 años | Por enedenoticias a huffingtonpost.es
Publicado hace 6 años por enedenoticias a huffingtonpost.es

La mujer hablaba lentamente, casi susurrando, y me miraba a los ojos. De repente se detuvo. Aunque yo no entendía ni una palabra de cuanto contaba, me emocioné igual. Y, por primera vez desde el comienzo de mi viaje a la India, sentí miedo. En ese momento mi traductor me explicó: "No puede, no puede continuar". "¿Pero, qué decía?", pregunté. "Te lo explicaré más tarde, vámonos", respondió. Aquella noche entendí tantas cosas... Entendí por qué en Kaziranga las entrevistas se hacen siempre dentro de casa y de noche. Entendí por qué la gente...

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... miraba siempre a su alrededor cuando yo les hacía preguntas ingenuas sobre su vida cotidiana en las aldeas. También por qué mi intérprete no quiso entregarme la traducción de las entrevistas hasta el día en que me fui. Entendí, además, por qué ciertas cosas no debían ser preguntadas y las razones de los silencios y las miradas. Entendí por qué en aquel lugar del mundo nombrar la "caza furtiva" es una mala práctica que puede costarte la vida...