Actualidad y sociedad
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El beso que fracturó la mentira

Un simple beso destrozó décadas de propaganda, exponiendo la frágil arquitectura de la deshumanización—una verdad que Israel no puede contener: incluso en medio del genocidio, la humanidad se niega a ser borrada. El beso fue una fractura en el espejo, una silenciosa insurrección contra la maquinaria del borramiento. No fue solo un acto, sino un desmantelamiento —del guión, de los roles asignados—, de la meticulosa ingeniería de la ilusión de que algunas vidas valen ser dueladas mientras otras merecen disolverse en estadísticas.

| etiquetas: israel , palestina. sionismo , genocidio , gaza , beso

menéame