El incendio que ha arrasado 8.486 hectáreas en el entorno de Doñana desde el pasado sábado ha sido escenario también de gestos solidarios del mundo de la hostelería. Dos hosteleros sevillanos -de las cervecerías Un Poquito de Dos Hermanas y El Jartible de Sevilla- veían por televisión las terribles imágenes del fuego en Huelva. "Yo cogía ahora el coche, lo llenaba y me iba a llevárselo a los bomberos", dijo uno de ellos. "Dame 10 minutos y vamos". Y eso es lo que pasó.
Comentarios
Deja en evidencia la incapacidad de la Junta de Andalucía de proveer de esos servicios a los bomberos y voluntarios.
#4 Claro, si fueran del POUM los que lo organizaban hubiese salido todo de puta madre, verdad?
#4 No es la junta quien debe de suministrarles eso servicio si no que es el propio cuerpo de bombero quien debe de prever esas dotaciones en casos como este.
Mandar allí a unos bomberos y que quien organice la misión no haya contado con bocadillos y bebidas es demencial.
C&P "«Estaban derrotados. Al vernos se creían que veníamos de la Junta o del Gobierno y al decirles que no, que éramos dos particulares, de Montequinto y que veníamos a ofrecerles lo que teníamos, se sorprendían y quedaban todos muy agradecidos", ha explicado Ramírez Cejudo al diario ABC."
Tocate los cojones, que tienen que ser unos particulares los que se preocupen de abastecer a las personas que estan currando y gastando calorias a miles
Saludos
Esto si es una donación de lujo y no lo del Ortega
#1 En realidad es parecido. Caridad en vez de derechos.
#7 Yo soy más generoso. A mí me dieron ganas de llevarles caviar, nada menos.
Hay que tener mucho cuidado cuando en Sevilla se escucha eso de "No hay huevos.... "
Conque hicieran LA MITAD de caso a las peticiones que suelen formular los pompetours ya estaría bien.
De todas formas un " gesto " muy de agradecer cuando estás y tienes hambre y sed.
¿Bocadillos? Joder, se podrían haber estirado un poco más, n0? Unos percebes por ejemplo
#2 Sí, como los que llevamos tú o yo.
#5
Yo estaba muy lejos e allí pero ganas de coger el coche eléctrico de mi Tía Carmen y llevarles unas gambas no me faltaron