El fracaso de las políticas ultraliberales y la corrupción de los políticos a nivel global,confirman que es necesario un cambio de sistema,en el que no mande el mercado y sus medios de desinformación.
Nunca es un dilema escoger entre fascismo y democracia. Si esto es un dilema, entonces es que lo que nos quieren vender como fascismo no lo es tanto, o los que nos quieren vender como demócratas no lo son tanto
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El fracaso de las políticas ultraliberales y la corrupción de los políticos a nivel global,confirman que es necesario un cambio de sistema,en el que no mande el mercado y sus medios de desinformación.
Nunca es un dilema escoger entre fascismo y democracia. Si esto es un dilema, entonces es que lo que nos quieren vender como fascismo no lo es tanto, o los que nos quieren vender como demócratas no lo son tanto