Los propietarios de El Brillante, uno de los templos más queridos a la hora de comerse un bocata de calamares en la ciudad, ha impuesto una política de empleo poco frecuente en plena crisis por la pandemia. Reciben cualquier tipo de CV pero solo van a contratar a camareros mayores de 50 años. Como les ocurre a los más jóvenes, para esta franja de edad la incorporación al mundo laboral es más que complicada. "Principalmente es por la experiencia que te da mucha más agilidad en el trabajo.
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