Publicado hace 4 años por MarshallSamson a revistaanfibia.com

A un año del peor crimen ambiental en la historia de Brasil, desde este pueblo que ha quedado a merced de gallinas y policías militares, quienes resisten -o no pueden irse a otro lado- dicen: “Han convertido a nuestra comunidad en un cementerio”. 270 personas murieron, once aún no fueron halladas.