«Son las cinco de la tarde del 13 de octubre de 2025. Mañana día 14 a las diez de la mañana, haciendo uso de mi derecho a elegir esta forma de morir, tengo programada mi eutanasia, mi buena muerte». Este es el conmovedor y reivindicativo testimonio que dejaba grabado el meteorólogo de la AEMET Ignacio Abad Fernández la tarde antes de su muerte, a los 68 años de edad.
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Afrontar el propio final con esa calma y determinación.
Que la tierra te sea leve.
Mi madre eligió una operación con muy pocas probabilidades, sabiendo que si no se operaba iba a sufrir y se despidió sabiendo el resultado, murió.
Siempre dijo que no quería estar malviviendo y dando trabajo, con lo católica que era ella.
Creo que habría que concienciar a la gente sobre esto, sobre morir con dignidad, cuando se pueda, claro. De que sirve convertirte en un amasijo de huesos y carne que no se vale por si mismo, con dolores que solo al final te calman con morfina( u otras cosas). Ya no es sólo por el enfermo, también por los familiares que tienen… » ver todo el comentario
Yo tengo cáncer, y desde el diagnóstico de la metástasis he tenido varias conversaciones necesarias ante la incertidumbre del futuro, una de ellas es precisamente qué hacer si todo falla o si llega el momento donde luchar ya no tiene sentido.
Me apunto lo del testamento vital y espero que lleves el luto lo mejor posible.
Llevamos toda la vida dándo el tiro de gracia, la misericordia y que se yo que más cosas a la gente que te pide morir.
Amén y desear a todos que al igual que tú podamos ejercer ese derecho.
Al final es un seguro para con los más indefensos.
Y, como dice #7, es necesario que unos médicos certifiquen que el enfermo es terminal, que los paliativos no van a ser suficientes, que va a sufrir lo que le queda de vida; y que, por otra parte, esto no sea aprovechado por malnacidos para cobrar una herencia o quitarse de enmedio a una persona que puedan considerar incómoda.
Y por no hablar de que el deber del Estado es asegurar la vida y la salud de las personas. Es precisamente este protocolo el… » ver todo el comentario
Un médico no tiene por qué tener las herramientas para verificar esto, y si damos por bueno que sí tiene esa capacidad entonces debería poder valorarlo también para quienes no tienen ninguna enfermedad terminal, para quien meramente ha decidido que no quiere seguir viviendo.
Eso debería ser un derecho para todos.
Dicho esto el procedimiento para la solicitud podría incluir un plazo de tiempo prudencial, por ejemplo reiterar la petición pasados seis meses, y ese tiempo podría usarse para hacerle recomendaciones que se considerasen oportunas.
Lo que no me parece lícito es poner excusas para impedir a quienes quieran dejar de vivir que puedan hacerlo de forma segura e indolora y sin riesgos para terceros, ese servicio debería ofrecerlo el estado.
Los suicidios "incomprensibles" raramente llegan a los medios.
La forma en la que has descrito la primera causa de muerte violenta de España sería cómica si no fuera un tema tan serio.
Así que la cuestión parece más bien ética que médica (lo de la intervención del estado es simple "politiqueo" absurdo).
Increíble