Hace 5 años | Por ccguy a lasoga.org
Publicado hace 5 años por ccguy a lasoga.org

La última dosis del veneno que casi mata a un antiguo espía ruso en Inglaterra salió de un perfume. Eso acaba de decir un hermano de una víctima que sigue en el hospital. Su novia ha muerto. Ha pasado, de nuevo, en Salisbury, el lugar donde Sergei Skripal y su hija Yulia fueron envenenados en marzo. Pero estos están vivos. A Yulia se la vio lozana en un vídeo; de su padre no hay noticias. Le dieron el alta y se esfumó, desapareció del radar de la sagaz prensa británica que en coro con su gobierno señaló a Rusia como culpable.