Publicado hace 4 años por TribunaVioleta a laeracoronavirus.blogspot.com

No salir afuera da más tiempo para mirar adentro. Pero el adentro, para las mujeres, tiene un muro, una capa intermedia que está siempre presente: nuestros cuerpos. Sí, todo el mundo tiene un cuerpo, pero para nosotras el cuerpo es el lugar incómodo en el que libramos algunas de las batallas más despiadadas de la vida. Trascender esa guerra para mirar más adentro, para disfrutarnos o simplemente para convivir con nosotras sin el juicio constante de la estética y la quimera de la perfección es casi una proeza. Y llega la pandemia y a la lista...

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TribunaVioleta

... de aislamiento, incertidumbre, miedo y ruleta de emociones se suman nuestros cuerpos en guerra.

Confinadas en casa, comida constante a mano, ansiedad disparada -o tristeza o preocupaciones o estrés o ambivalencia, cada cual tiene lo suyo-, sin poder pisar apenas la calle, con el movimiento limitado entre paredes, nuestras cabezas dan vueltas y nuestros cuerpos hacen lo que pueden. Podríamos vivir con cierta naturalidad que las galletas de chocolate se terminen más rápido de lo normal (aunque, ¿qué es normal ahora?), que los pantalones no cierren, que nuestra piel eche de menos un poco de sol y aire fresco, que la carne cuelgue de los brazos o de la tripa, que los hoyuelos del culo se hayan hecho un poco más grandes o que el estrés te haya hecho perder talla ahí donde no querías.

Podríamos vivirlo con cierta naturalidad porque todo cambia y el cuerpo, también. Cuidarse y quererse deberíamos hacerlo siempre, pero más si cabe en medio de una pandemia mundial que nos ha cambiado la vida de forma drástica y también dolorosa. Pero parece que incluso en tiempos de alarma y confinamiento la batalla la gana el malestar con nuestros cuerpos, el empeño social por que vigilemos nuestros kilos y nuestros culos...