La federación no entiende cómo la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir sigue adelante con esta concesión de agua pese al perjuicio y las graves consecuencias que ello supondrá para la economía doméstica de pequeños agricultores y ganaderos de la zona. A esta cantidad que necesitaría la mina para desarrollar su actividad habría que añadir otros 5.080.000 m3 anuales de aguas superficiales que se restarían a la cuenca del río Guadiamar, uno de los principales aportes de agua al Parque Nacional de Doñana.
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