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#27:
#18 joder ni que hubieran inventando la religión antes de ayer... Señor! Que soy mujer! Quieres que te hable de imposiciones de mierda en la España actual que no tienen que ver con el islam?
Qué te justifiques como te de la real gana, que lo que dices es racista, sesgado y vomitivo.
Te cuento lo de mi año con una puta iglesia tocando las campanas a todos los cuartos? Y virgen para arriba y para abajo? Cantando mierdas católicas en el parque?
Que la única imposición de mierda que hay aquí es el catolicismo, y jamás en mi vida tuve ningún problema con otra religión que no fuera esa. La cabalgata de reyes, la mierda procesiones, la corneta, el rezo de no se que por altavoces...
Todas esas chuminadas fuera de lugar que escribes y que están en tu cabeza no las traslades, arregla tu cabeza y ya si quieres luego hablamos.
Qué te justifiques como te de la real gana, que lo que dices es racista, sesgado y vomitivo.
Te cuento lo de mi año con una puta iglesia tocando las campanas a todos los cuartos? Y virgen para arriba y para abajo? Cantando mierdas católicas en el parque?
Que la única imposición de mierda que hay aquí es el catolicismo, y jamás en mi vida tuve ningún problema con otra religión que no fuera esa. La cabalgata de reyes, la mierda procesiones, la corneta, el rezo de no se que por altavoces...
Todas esas chuminadas fuera de lugar que escribes y que están en tu cabeza no las traslades, arregla tu cabeza y ya si quieres luego hablamos.
#2:
Que racistilla esa "señora"
#1:
Bajo el abrasador sol de la costa Adriática de Italia, un grupo de amigos de Bangladesh practican sus habilidades de críquet en un pequeño tramo de concreto.
Están jugando en las afueras de Monfalcone, cerca del aeropuerto de Trieste, porque, de hecho, el alcalde les ha prohibido jugar en el propio pueblo.
Dicen que quienes lo intentan pueden enfrentarse a multas de hasta 100 € (£84).
"Si estuviéramos jugando dentro de Monfalcone, la policía ya habría venido a detenernos", dice el capitán del equipo, Miah Bappy.
Señala a un grupo de adolescentes bengalíes que fueron "atrapados" jugando su deporte nacional en el parque local. Sin darse cuenta de que estaban siendo filmados por cámaras de seguridad, su juego fue interrumpido por una patrulla policial que les impuso una multa.
"Dicen que el críquet no es para Italia. Pero te diré la verdad: es porque somos extranjeros", dice Miah.
La prohibición del críquet se ha convertido en un símbolo de las profundas tensiones que están surgiendo en Monfalcone.
El pueblo tiene una composición étnica única en Italia: de una población de poco más de 30,000, casi un tercio son extranjeros. La mayoría son musulmanes bangladesíes que comenzaron a llegar a finales de la década de 1990 para construir enormes cruceros.
Como consecuencia, la esencia cultural de Monfalcone está en peligro, según la alcaldesa Anna Maria Cisint, quien pertenece al partido de extrema derecha Liga.
Arrasó en las elecciones aprovechando el sentimiento antiinmigración y se embarcó en una misión para "proteger" su pueblo y defender los valores cristianos.
"Nuestra historia está siendo borrada", me dice. "Es como si ya no importara. Todo está cambiando para peor".
En Monfalcone, los italianos con ropa occidental se mezclan con bangladesíes que visten shalwar kameez e hijabs. Hay restaurantes bangladesíes y tiendas halal, y una red de carriles bici utilizados principalmente por la comunidad del sur de Asia.
En sus dos mandatos en el cargo, la Sra. Cisint ha eliminado los bancos de la plaza del pueblo donde solían sentarse los bangladesíes y ha criticado lo que las mujeres musulmanas usan en la playa.
"Aquí hay un proceso muy fuerte de fundamentalismo islámico", dice. "Una cultura en la que las mujeres son tratadas muy mal y oprimidas por los hombres".
En cuanto a su prohibición del críquet, la alcaldesa afirma que no hay espacio ni dinero para construir un nuevo campo y dice que las pelotas de críquet son un peligro.
Le dijo a la BBC que se niega a otorgar a los bangladesíes el privilegio de jugar su deporte nacional y afirma que no ofrecen "nada a cambio".
"No han dado nada a esta ciudad, a nuestra comunidad. Cero", dice. "Son libres de ir a jugar críquet en cualquier otro lugar... fuera de Monfalcone".
La alcaldesa ha recibido amenazas de muerte debido a sus opiniones sobre los musulmanes, y por eso ahora tiene protección policial las 24 horas.
Miah Bappy y sus compañeros de críquet se mudaron a Italia para construir barcos en el astillero de Fincantieri, el más grande de Europa y uno de los más grandes del mundo.
La alcaldesa acusa a la empresa de "dumping salarial", la práctica de pagar salarios por debajo del nivel de mercado, a menudo a trabajadores extranjeros, argumentando que sus salarios son tan bajos que ningún italiano querría hacer el trabajo por el mismo dinero.
Pero el director del astillero, Cristiano Bazzara, insiste en que los salarios pagados por la empresa y sus contratistas están alineados con la ley italiana.
"No podemos encontrar trabajadores capacitados. En Europa es muy difícil encontrar jóvenes que quieran trabajar en un astillero", me dice.
Italia tiene una de las tasas de natalidad más bajas de Europa. El año pasado solo nacieron 379,000 bebés en Italia, con un promedio de 1,2 hijos por mujer.
Italia también enfrenta una escasez de mano de obra y los investigadores estiman que Italia requerirá 280,000 trabajadores extranjeros al año hasta 2050 para compensar la disminución de la fuerza laboral.
La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, que lidera el partido de extrema derecha Hermanos de Italia, ha aumentado el número de permisos para trabajadores no pertenecientes a la UE, a pesar de haber dicho anteriormente que quería reducir la inmigración.
Pero Anna Maria Cisint cree firmemente que la forma de vida de la comunidad musulmana bangladesí es "incompatible" con la vida de los italianos nativos.
En Monfalcone, las tensiones llegaron a un punto crítico cuando la alcaldesa prohibió en la práctica la oración colectiva en los dos centros islámicos del pueblo.
"La gente del pueblo comenzó a enviarme fotos y videos impactantes que mostraban un gran número de personas rezando en los dos centros islámicos: hasta 1,900 en un solo edificio", dice la alcaldesa.
"Hay tantas bicicletas dejadas en la acera, y oraciones ruidosas cinco veces al día, incluso por la noche".
La alcaldesa Cisint dice que esto era injusto para los residentes locales y argumenta que su prohibición de la oración colectiva se debe a un problema de normativas de planificación urbana. Los centros islámicos no están designados para el culto religioso, y dice que no es su trabajo proporcionárselos.
El Islam no está entre las 13 religiones que tienen estatus oficial bajo la ley italiana, lo que complica los esfuerzos para construir lugares de culto.
Los bangladesíes en Monfalcone dicen que la decisión de la alcaldesa ha tenido un enorme impacto en la comunidad musulmana.
"La alcaldesa piensa que los bengalíes están tratando de islamizar Italia, pero solo estamos ocupándonos de nuestros propios asuntos", dice Meheli, de 19 años. Ella es originaria de Dhaka, en Bangladesh, pero creció en Italia, viste ropa occidental y habla italiano con fluidez.
Dice que ha sido insultada y acosada en la calle debido a su herencia bengalí.
Miah Bappy espera recibir su pasaporte italiano este año, pero no está seguro de si continuará viviendo en Monfalcone.
"No causamos ningún problema. Pagamos impuestos", dice el trabajador del astillero. "Pero no nos quieren aquí".
La alcaldesa cree que la forma de vida de la comunidad bangladesí es "incompatible" con la vida de los italianos nativos.
Pero Miah Bappy señala que si todos regresaran a su tierra natal mañana, "al astillero le tomaría cinco años construir un solo barco".
Durante el verano, un tribunal regional falló a favor de los dos centros islámicos y anuló la orden del ayuntamiento que prohibía la oración colectiva.
Pero la alcaldesa de Monfalcone ha prometido continuar su campaña contra lo que ella llama "la islamización de Europa" más allá de Italia.
Ahora ha sido elegida para el Parlamento Europeo y pronto tendrá la oportunidad de llevar su mensaje a Bruselas.
Están jugando en las afueras de Monfalcone, cerca del aeropuerto de Trieste, porque, de hecho, el alcalde les ha prohibido jugar en el propio pueblo.
Dicen que quienes lo intentan pueden enfrentarse a multas de hasta 100 € (£84).
"Si estuviéramos jugando dentro de Monfalcone, la policía ya habría venido a detenernos", dice el capitán del equipo, Miah Bappy.
Señala a un grupo de adolescentes bengalíes que fueron "atrapados" jugando su deporte nacional en el parque local. Sin darse cuenta de que estaban siendo filmados por cámaras de seguridad, su juego fue interrumpido por una patrulla policial que les impuso una multa.
"Dicen que el críquet no es para Italia. Pero te diré la verdad: es porque somos extranjeros", dice Miah.
La prohibición del críquet se ha convertido en un símbolo de las profundas tensiones que están surgiendo en Monfalcone.
El pueblo tiene una composición étnica única en Italia: de una población de poco más de 30,000, casi un tercio son extranjeros. La mayoría son musulmanes bangladesíes que comenzaron a llegar a finales de la década de 1990 para construir enormes cruceros.
Como consecuencia, la esencia cultural de Monfalcone está en peligro, según la alcaldesa Anna Maria Cisint, quien pertenece al partido de extrema derecha Liga.
Arrasó en las elecciones aprovechando el sentimiento antiinmigración y se embarcó en una misión para "proteger" su pueblo y defender los valores cristianos.
"Nuestra historia está siendo borrada", me dice. "Es como si ya no importara. Todo está cambiando para peor".
En Monfalcone, los italianos con ropa occidental se mezclan con bangladesíes que visten shalwar kameez e hijabs. Hay restaurantes bangladesíes y tiendas halal, y una red de carriles bici utilizados principalmente por la comunidad del sur de Asia.
En sus dos mandatos en el cargo, la Sra. Cisint ha eliminado los bancos de la plaza del pueblo donde solían sentarse los bangladesíes y ha criticado lo que las mujeres musulmanas usan en la playa.
"Aquí hay un proceso muy fuerte de fundamentalismo islámico", dice. "Una cultura en la que las mujeres son tratadas muy mal y oprimidas por los hombres".
En cuanto a su prohibición del críquet, la alcaldesa afirma que no hay espacio ni dinero para construir un nuevo campo y dice que las pelotas de críquet son un peligro.
Le dijo a la BBC que se niega a otorgar a los bangladesíes el privilegio de jugar su deporte nacional y afirma que no ofrecen "nada a cambio".
"No han dado nada a esta ciudad, a nuestra comunidad. Cero", dice. "Son libres de ir a jugar críquet en cualquier otro lugar... fuera de Monfalcone".
La alcaldesa ha recibido amenazas de muerte debido a sus opiniones sobre los musulmanes, y por eso ahora tiene protección policial las 24 horas.
Miah Bappy y sus compañeros de críquet se mudaron a Italia para construir barcos en el astillero de Fincantieri, el más grande de Europa y uno de los más grandes del mundo.
La alcaldesa acusa a la empresa de "dumping salarial", la práctica de pagar salarios por debajo del nivel de mercado, a menudo a trabajadores extranjeros, argumentando que sus salarios son tan bajos que ningún italiano querría hacer el trabajo por el mismo dinero.
Pero el director del astillero, Cristiano Bazzara, insiste en que los salarios pagados por la empresa y sus contratistas están alineados con la ley italiana.
"No podemos encontrar trabajadores capacitados. En Europa es muy difícil encontrar jóvenes que quieran trabajar en un astillero", me dice.
Italia tiene una de las tasas de natalidad más bajas de Europa. El año pasado solo nacieron 379,000 bebés en Italia, con un promedio de 1,2 hijos por mujer.
Italia también enfrenta una escasez de mano de obra y los investigadores estiman que Italia requerirá 280,000 trabajadores extranjeros al año hasta 2050 para compensar la disminución de la fuerza laboral.
La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, que lidera el partido de extrema derecha Hermanos de Italia, ha aumentado el número de permisos para trabajadores no pertenecientes a la UE, a pesar de haber dicho anteriormente que quería reducir la inmigración.
Pero Anna Maria Cisint cree firmemente que la forma de vida de la comunidad musulmana bangladesí es "incompatible" con la vida de los italianos nativos.
En Monfalcone, las tensiones llegaron a un punto crítico cuando la alcaldesa prohibió en la práctica la oración colectiva en los dos centros islámicos del pueblo.
"La gente del pueblo comenzó a enviarme fotos y videos impactantes que mostraban un gran número de personas rezando en los dos centros islámicos: hasta 1,900 en un solo edificio", dice la alcaldesa.
"Hay tantas bicicletas dejadas en la acera, y oraciones ruidosas cinco veces al día, incluso por la noche".
La alcaldesa Cisint dice que esto era injusto para los residentes locales y argumenta que su prohibición de la oración colectiva se debe a un problema de normativas de planificación urbana. Los centros islámicos no están designados para el culto religioso, y dice que no es su trabajo proporcionárselos.
El Islam no está entre las 13 religiones que tienen estatus oficial bajo la ley italiana, lo que complica los esfuerzos para construir lugares de culto.
Los bangladesíes en Monfalcone dicen que la decisión de la alcaldesa ha tenido un enorme impacto en la comunidad musulmana.
"La alcaldesa piensa que los bengalíes están tratando de islamizar Italia, pero solo estamos ocupándonos de nuestros propios asuntos", dice Meheli, de 19 años. Ella es originaria de Dhaka, en Bangladesh, pero creció en Italia, viste ropa occidental y habla italiano con fluidez.
Dice que ha sido insultada y acosada en la calle debido a su herencia bengalí.
Miah Bappy espera recibir su pasaporte italiano este año, pero no está seguro de si continuará viviendo en Monfalcone.
"No causamos ningún problema. Pagamos impuestos", dice el trabajador del astillero. "Pero no nos quieren aquí".
La alcaldesa cree que la forma de vida de la comunidad bangladesí es "incompatible" con la vida de los italianos nativos.
Pero Miah Bappy señala que si todos regresaran a su tierra natal mañana, "al astillero le tomaría cinco años construir un solo barco".
Durante el verano, un tribunal regional falló a favor de los dos centros islámicos y anuló la orden del ayuntamiento que prohibía la oración colectiva.
Pero la alcaldesa de Monfalcone ha prometido continuar su campaña contra lo que ella llama "la islamización de Europa" más allá de Italia.
Ahora ha sido elegida para el Parlamento Europeo y pronto tendrá la oportunidad de llevar su mensaje a Bruselas.
Comentarios
Que racistilla esa "señora"
#2 Qué complicado!! Desde aquí lo vemos "racistilla", pero esa forma de entender el mundo, donde la religión es el centro de todo lo demás, es un aspecto que ya se combatió en el renacimiento, con la ilustración, y el catolicismo el islamismo etc, no puede imponer una moral fuera del ámbito religios. Una chica, una mujer no puede ser menos porque lo dicta una religión, y ese pilar (que ha costado mucho conseguir en el mundo occidental) es algo que debe blandir la izquierda como paladin contra TODAS las religiones que intentan imponer una moral retrógrada ...
#10 oye colega que juegan al criquet... Las fantasias que te montas tu en tu cabeza te las gestionas solo, no vengas a dar la tabarra con cosas racistas.
#14 No hombre, no pasa nada. Entiendo lo que dices, es criket, y desde el deporte es algo que no se debería tocar. Pero te digo, y después de vivir 13 años en una ciudad española del norte de África, que entiendo algunas cosas de las que se quejan, los cinco rezos, las llamadas a las cinco de la mañana, la manera de imponer una moral, porque el Corán determina que eso es así, el no encontrar ningún sitio donde sirvan cerdo o alcohol (que no lo bebo). No se llámame loco, pero creo que hay formas de entender el mundo que chocan con lo que la izquierda, la ciencia y la ilustración han construido, y que de nuevo el "oscurantismo" catolicismo, islamismo etc.. quieren destruir ...
#18 joder ni que hubieran inventando la religión antes de ayer... Señor! Que soy mujer! Quieres que te hable de imposiciones de mierda en la España actual que no tienen que ver con el islam?
Qué te justifiques como te de la real gana, que lo que dices es racista, sesgado y vomitivo.
Te cuento lo de mi año con una puta iglesia tocando las campanas a todos los cuartos? Y virgen para arriba y para abajo? Cantando mierdas católicas en el parque?
Que la única imposición de mierda que hay aquí es el catolicismo, y jamás en mi vida tuve ningún problema con otra religión que no fuera esa. La cabalgata de reyes, la mierda procesiones, la corneta, el rezo de no se que por altavoces...
Todas esas chuminadas fuera de lugar que escribes y que están en tu cabeza no las traslades, arregla tu cabeza y ya si quieres luego hablamos.
#27 En fin, ha leído usted todo mi comentario? Eso es lo que argumenta ?.
Qué le he comentado que tiene usted toda la razón!!!. Son religiones que intentan imponer una moral, y a todas, todas hay que combatir, o es qué, porque sea islam hay que ponerles la alfombra roja ...
#28 quieren jugar a criquet y tu vienes con mierda y sigues...
#10 El Corán dice textualmente que los hombres y las mujeres son iguales:
https://es.wikipedia.org/wiki/La_mujer_en_el_islam
No sé qué tiene que ver todo eso que has puesto con esta noticia, que va de la prohibición de un deporte en concreto que practican extranjeros, y la prohibición es tanto para hombres, como para mujeres. La alcaldesa es de el partido de extrema derecha Lega Nord, por lo tanto, defiende los valores tradicionales católicos y cristianos.... no esa separación de la religión de la que has venido a hablar.
Has venido a hablar de tu libro. Sí, la señora es racista y de extrema derecha, lo dice la entradilla.
#23 En fin, eso que dices del Corán, se aplicará solo en Arabia Saudí, Afganistán, Qatar, Marruecos, Argelia, Egipto, etc.. Por favor, seamos serios, como bien dices la noticia va en contra del criket, pero yo estaba hablando de un problema más de fondo, de un problema que es una realidad, y mientras la religión que sea, no se inmiscuya en asuntos cotidianos, la extrema derecha seguira apropiándose de un discurso que auna a todo un colectivo, independientemente de que sean extremistas, ortodoxos etc....
#26 Allá donde haya radicales reinterpretando lo que dice un texto, habrá extremistas reflejando sus propios deseos.
Mi punto era demostrar que es mentira tu falacia esa de poner el Islam como una religión que dice que la mujer es menos. Todas las religiones, han sido interpretadas de esa manera, porque los que se dedicaban a interpretarla eran hombres.
Y sí, mejor centrarse en lo que va la noticia, que es la prohibición de un deporte, y no venir a desviar el tema a algo que no tiene nada que ver con la noticia, sino con los deseos de otra extremista.
#29 En fin, creo que no nos entendemos. Yo solo le quería mostrar, que el islam es otra religión más de las que sitúan a la mujer por debajo del hombre, eso ya lo habéis sufrido en el cristianismo, judaísmo, etc ... Porque ese Corán que usted cita tiene varias suras que sitúan a la mujer como un ser inferior, porque ese Corán tiene revelaciones originales dadas a los profetas Moisés y Jesús en el antiguo testamento y en la torá. En fin libros que fueron escritos hace miles de años, con un sesgo machista, como era la sociedad en la que vivian, y que algunos, llámese cristianos, musulmanes, judíos etc.. quieren que siga existiendo...
#2 Es que, en general, los italianos...
#21 Sabes todo lo malo que tiene España y los españoles... Pues cógelo todo, multiplícalo por diez y tienes Italia y a los italianos.
Alguna tara legislativa tiene Italia si esta nauseabunda alcalducha puede prohibir a los ciudadanos practicar un determinado deporte.
#6 No creo que pueda, lo que hará será enviar a la policía para que expulsen del lugar donde estén jugando a esos peligrosos delincuentes alegando, desórdenes públicos, molestias vecinales, lugar privado o cualquier chaladura que se les ocurra.
PD En muchos parques está prohibido jugar a fútbol, por ejemplo.
#9 Tanto la alcaldesa como los policías afirman que lo ilegal es jugar al cricket. Si es como dices están admitiendo la prevaricación.
#13 De lo que digan esos bocachanclas neofascistas a lo que realmente puedan hacer va un trecho.
#9 donde estén los porros y los litros en los parques que se quite el deporte, bien por la alcaldesa
#17 Donde va a parar.
Como echo de menos esos parque llenos de jeringuillas de comienzos de los 90. Se ha perdido todo, está juventud que no sabré ni lo que significa jaco. 
#6 Creo que no lo prohíbe expresamente, cosa que sería ilegal, sino que no permite que se practique en la calle, en plazas, etc. y además no concede locales apropiados para ello.
Bajo el abrasador sol de la costa Adriática de Italia, un grupo de amigos de Bangladesh practican sus habilidades de críquet en un pequeño tramo de concreto.
Están jugando en las afueras de Monfalcone, cerca del aeropuerto de Trieste, porque, de hecho, el alcalde les ha prohibido jugar en el propio pueblo.
Dicen que quienes lo intentan pueden enfrentarse a multas de hasta 100 € (£84).
"Si estuviéramos jugando dentro de Monfalcone, la policía ya habría venido a detenernos", dice el capitán del equipo, Miah Bappy.
Señala a un grupo de adolescentes bengalíes que fueron "atrapados" jugando su deporte nacional en el parque local. Sin darse cuenta de que estaban siendo filmados por cámaras de seguridad, su juego fue interrumpido por una patrulla policial que les impuso una multa.
"Dicen que el críquet no es para Italia. Pero te diré la verdad: es porque somos extranjeros", dice Miah.
La prohibición del críquet se ha convertido en un símbolo de las profundas tensiones que están surgiendo en Monfalcone.
El pueblo tiene una composición étnica única en Italia: de una población de poco más de 30,000, casi un tercio son extranjeros. La mayoría son musulmanes bangladesíes que comenzaron a llegar a finales de la década de 1990 para construir enormes cruceros.
Como consecuencia, la esencia cultural de Monfalcone está en peligro, según la alcaldesa Anna Maria Cisint, quien pertenece al partido de extrema derecha Liga.
Arrasó en las elecciones aprovechando el sentimiento antiinmigración y se embarcó en una misión para "proteger" su pueblo y defender los valores cristianos.
"Nuestra historia está siendo borrada", me dice. "Es como si ya no importara. Todo está cambiando para peor".
En Monfalcone, los italianos con ropa occidental se mezclan con bangladesíes que visten shalwar kameez e hijabs. Hay restaurantes bangladesíes y tiendas halal, y una red de carriles bici utilizados principalmente por la comunidad del sur de Asia.
En sus dos mandatos en el cargo, la Sra. Cisint ha eliminado los bancos de la plaza del pueblo donde solían sentarse los bangladesíes y ha criticado lo que las mujeres musulmanas usan en la playa.
"Aquí hay un proceso muy fuerte de fundamentalismo islámico", dice. "Una cultura en la que las mujeres son tratadas muy mal y oprimidas por los hombres".
En cuanto a su prohibición del críquet, la alcaldesa afirma que no hay espacio ni dinero para construir un nuevo campo y dice que las pelotas de críquet son un peligro.
Le dijo a la BBC que se niega a otorgar a los bangladesíes el privilegio de jugar su deporte nacional y afirma que no ofrecen "nada a cambio".
"No han dado nada a esta ciudad, a nuestra comunidad. Cero", dice. "Son libres de ir a jugar críquet en cualquier otro lugar... fuera de Monfalcone".
La alcaldesa ha recibido amenazas de muerte debido a sus opiniones sobre los musulmanes, y por eso ahora tiene protección policial las 24 horas.
Miah Bappy y sus compañeros de críquet se mudaron a Italia para construir barcos en el astillero de Fincantieri, el más grande de Europa y uno de los más grandes del mundo.
La alcaldesa acusa a la empresa de "dumping salarial", la práctica de pagar salarios por debajo del nivel de mercado, a menudo a trabajadores extranjeros, argumentando que sus salarios son tan bajos que ningún italiano querría hacer el trabajo por el mismo dinero.
Pero el director del astillero, Cristiano Bazzara, insiste en que los salarios pagados por la empresa y sus contratistas están alineados con la ley italiana.
"No podemos encontrar trabajadores capacitados. En Europa es muy difícil encontrar jóvenes que quieran trabajar en un astillero", me dice.
Italia tiene una de las tasas de natalidad más bajas de Europa. El año pasado solo nacieron 379,000 bebés en Italia, con un promedio de 1,2 hijos por mujer.
Italia también enfrenta una escasez de mano de obra y los investigadores estiman que Italia requerirá 280,000 trabajadores extranjeros al año hasta 2050 para compensar la disminución de la fuerza laboral.
La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, que lidera el partido de extrema derecha Hermanos de Italia, ha aumentado el número de permisos para trabajadores no pertenecientes a la UE, a pesar de haber dicho anteriormente que quería reducir la inmigración.
Pero Anna Maria Cisint cree firmemente que la forma de vida de la comunidad musulmana bangladesí es "incompatible" con la vida de los italianos nativos.
En Monfalcone, las tensiones llegaron a un punto crítico cuando la alcaldesa prohibió en la práctica la oración colectiva en los dos centros islámicos del pueblo.
"La gente del pueblo comenzó a enviarme fotos y videos impactantes que mostraban un gran número de personas rezando en los dos centros islámicos: hasta 1,900 en un solo edificio", dice la alcaldesa.
"Hay tantas bicicletas dejadas en la acera, y oraciones ruidosas cinco veces al día, incluso por la noche".
La alcaldesa Cisint dice que esto era injusto para los residentes locales y argumenta que su prohibición de la oración colectiva se debe a un problema de normativas de planificación urbana. Los centros islámicos no están designados para el culto religioso, y dice que no es su trabajo proporcionárselos.
El Islam no está entre las 13 religiones que tienen estatus oficial bajo la ley italiana, lo que complica los esfuerzos para construir lugares de culto.
Los bangladesíes en Monfalcone dicen que la decisión de la alcaldesa ha tenido un enorme impacto en la comunidad musulmana.
"La alcaldesa piensa que los bengalíes están tratando de islamizar Italia, pero solo estamos ocupándonos de nuestros propios asuntos", dice Meheli, de 19 años. Ella es originaria de Dhaka, en Bangladesh, pero creció en Italia, viste ropa occidental y habla italiano con fluidez.
Dice que ha sido insultada y acosada en la calle debido a su herencia bengalí.
Miah Bappy espera recibir su pasaporte italiano este año, pero no está seguro de si continuará viviendo en Monfalcone.
"No causamos ningún problema. Pagamos impuestos", dice el trabajador del astillero. "Pero no nos quieren aquí".
La alcaldesa cree que la forma de vida de la comunidad bangladesí es "incompatible" con la vida de los italianos nativos.
Pero Miah Bappy señala que si todos regresaran a su tierra natal mañana, "al astillero le tomaría cinco años construir un solo barco".
Durante el verano, un tribunal regional falló a favor de los dos centros islámicos y anuló la orden del ayuntamiento que prohibía la oración colectiva.
Pero la alcaldesa de Monfalcone ha prometido continuar su campaña contra lo que ella llama "la islamización de Europa" más allá de Italia.
Ahora ha sido elegida para el Parlamento Europeo y pronto tendrá la oportunidad de llevar su mensaje a Bruselas.
Mucho se habla del reemplazo y de importar el tercer mundo, pero yo creo que los más peligrosos, con diferencia, son los anglosajones. Yo los prohibiría a todos
Pues si un tercio de su población ya es extranjera y el partido que representa esta señora está contra ellos, es cuestión de tiempo que sean mayoría los de fuera y voten para que salga otra formación política... y vuelva el críquet!
#5 ...Y prohíban algo tan Italiano como montar un grupo armado, organizado para extorsionar a tus propios compatriotas.
Es que van a perder toda su cultura, gente jugando al Críquet, ¿Ande se ha visto tal cosa? Que peligro gensanta...
#5 tan fácil como prohibirles votar.
Por si acaso recuerda quién está al mando de Italia.
Dijo la alcaldesa:
"Nuestra historia está siendo borrada".
Pues vamos a traer a unos pocos bengalíes a ver si borran algunos episodios de la nuestra.
#7 Aquí lo que hay que hacer es traer tigres, y soltarlos en lugares determinados, como el congreso, algunos juzgados, etc.
#11 en Bangladesh también hay leopardos comecaras y que se han presentado a las elecciones patrias y ya están en las Cortes, en los tribunales, obispados y sitios así.
#7 Asi escrito lo puedes oir en varios lugares del territorio del Estado "apañol" por apañoles muy apañoles y por apañoles que dicen que no son apañoles.
Otra solución sería encadenarlos en las fábricas donde producen la ropa "Made in Italy" para que no se les vea.
Es lo que tiene ser una racista. Seguro que no tiene ningún problema con el dinero que se gastan en sus tiendas. Ah, y si en vez de gente morena de Bangladesh fueran ingleses o australianos, bien blanquitos, seguro que no habría problema para que siguieran jugando al criquet, aunque no llegasen nunca a aprender italiano ni a integrarse socialmente, como pasa en algunos pueblos de la costa almeriense y malagueña, con "reservas" de ingleses que llevan aquí 20 años y apenas saben unas palabras de español.
Lo debe hacer cojonudo. 2 legislaturas y sigue teniendo el mismo "problema" que tanto denunció y prometió arreglar para cuando llegara al poder. Lo máximo que ha logrado es dar por culo a la población extranjera.
Es curioso como alguno que dicen ir de conciliadores e ilustrados solo pillan de la ilustración el mismo cherry picking que hace la extrema derecha.
A ver si en vez de dialogantes lo que son en realidad es unos racistas vestidos de personas.
¿El siguiente paso cual va a ser? ¿Prohibir el curry?
Le voy a dar la razón, mira que hay deportes divertidos. Este no lo es, debería desaparecer.
Pues no haber traído mano de obra barata si es que