Mientras a los empresarios se les concedían los ERTEs como estrategia para socializar los costes de la crisis económica y la banca comenzaba a disfrutar de ventajosas condiciones de crédito gracias a la línea ICO, los trabajadores de nuestro país se veían relegados una vez más al papel de sacrificio necesario.
Sin ERTEs y sin despidos las empresas habrían ido quebrando una detrás de otra en poco tiempo. No se cuantas tendrían capital para aguantar sin actividad durante tres meses.
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Sin ERTEs y sin despidos las empresas habrían ido quebrando una detrás de otra en poco tiempo. No se cuantas tendrían capital para aguantar sin actividad durante tres meses.