Hace 1 año | Por Fedorito a quepasamedia.com
Publicado hace 1 año por Fedorito a quepasamedia.com

La psicóloga y representante del Resguardo Indígena de San Andrés de Sotavento Córdoba–Sucre, en el noreste del país, explica que las principales víctimas de la crisis medioambiental son las comunidades indígenas, obligadas a vivir al día por la precariedad de sus cultivos y la dificultad del acceso a la comida. «En mi comunidad siempre estuvimos condicionados a que la Luna y el Sol nos dijeran en qué momento debíamos cultivar porque marcan la temporada de lluvias.

Comentarios

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Pues cómo cualquier sociedad pre industrial que vive en comunión con la Pacha Mamá, los espíritus del bosque y se curan con chamanismo ¿No?

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No sé, a mí me parece que, atendiendo a los altos estándares éticos e intelectuales de Menéame, esta noticia debería ser considerada aporófoba, porque está culpabilizando, criminalizando y estigmatizando el legítimo, legal y fundamental derecho humano y progenitor que tienen los indígenas de considerar, si así lo desean, que la pobreza y la precariedad derivadas de la crisis climática son circunstancias estupendas y maravillosas, tan estupendas y maravillosas como para incluso hacer nacer, y criar, a sus propios hijos en ellas, a que sus hijos también les agradezcan la pobreza y la precariedad tanto como ellos, los indígenas progenitores, las agradecen a sus padres.

Desde esta perspectiva, tener hijos es la manera más clara y evidente en que una persona puede mostrar su aprobación favorable del entorno económico o de las condiciones económicas en que dicha persona hace nacer a esos hijos. (Pues ¿qué persona ética e inteligente haría nacer a sus propios hijos en un determinado entorno o circunstancia económica si considerase que ese entorno o circunstancia económica es horrible?)

La convivencia en una sociedad civilizada precisamente debe consistir en que sepamos respetarnos los unos a los otros las costumbres, marcos culturales, y diversidades ideológicas, de opiniones, de preferencias, de criterios progenitores y de principios éticos de cada cual, aunque pudieran no coincidir con los nuestros.