La empresa vasca de ferrocarriles CAF necesita lavar su imagen desde que en 2020 decenas de colectivos sociales de Euskal Herria pusieran en marcha una campaña para denunciar su participación en la construcción y mantenimiento del tranvía en Jerusalén. Que las empresas transnacionales violan los derechos humanos, medioambientales y laborales no es nada nuevo. En este caso, CAF utiliza el euskera y la ciencia para blanquear su complicidad con el apartheid israelí en Palestina.
Comentarios
En serio que se mandan unas gilipolleces a Menéame.
"En este sentido, es paradójico que CAF apoye unos premios para la divulgación de la ciencia en euskera y la innovación, mientras colabora para consolidar el proyecto colonial israelí en Palestina"
No ,no hay ninguna paradoja ahí.
Es simplemente política.
#1 Puro marketing x un lado e intereses economicos x el otro.
La miseria cotidiana.
#1 Todo el mundo sabe que son dos asuntos íntimamente relacionados.