Jefe de servicio de psiquiatría del niño y adolescente en el Gregorio Marañón. Casi nada:
-6:47 es cuando empieza la chicha
-8:18 Muchas chicas que dicen ser trans(géneros) porque ser mujer es "una mierda". Y vienen con trastornos depresivos, cuadro de autismo, o algún tipo de abuso, y dicen que "quieren dejar de ser mujer".
-9:30 Estamos muy acostumbrados a que muchas de las cosas que nos dicen, niños y adolescentes, son cambiantes. Nunca iniciamos un tratamiento farmacológico contra la depresión porque en una sesión nos diga que está muy triste.
-11:43 En muchos casos detrás hay un trasfondo que tiene que ver con la salud mental.
-14:12 Hemos llegado a la idea delirante de que podemos elegir nuestro sexo biológico.
-16:40 Las formas de decirle al mundo que estoy mal, cambia, y varía en el tiempo y entre culturas.
-17:08 Mucho de lo que hay ahora es una forma de expresar una psicopatología, y ante eso lo peor que se puede hacer es actuar rápidamente.
-18:00 Una de cada dos personas de los que estamos aquí hemos tenido dudas sobre nuestra sexualidad en nuestra adolescencia. Está bien y es normal, pero al final solamente el 10% es homosexual. Y a nadie se le ocurre ponerle un psicólogo asertivo (a un adolescente que duda) para que luego "no se eche para atrás".
Charla, cojonuda. Tira por tierra las gilipolleces
Total, que un hombre con el culo pelado de tratar adolescentes y patologías en ellos dice absolutamente lo contrario que dice la imbécil de la Montero y toda la recua de posmodernos que saben tanto de psicología como de física cuántica:
- Que el brutal incremento actual es por moda (los presos muestran sus problemas y trastornos cortándose). Han pasado de 50 camas para adolescentes a 150.
- Que no se puede hacer terapia asertiva en adolescentes.
- Un 60% de los que se quieren hormonar se echan para atrás.
- Que es una barbaridad permitir que un adolescente decida operarse de manera unilateral.
Ardo en deseos de leer a algún iluminado, inexperto e ignorante intentar refutar a este hombre con tal de no admitir que estaba equivocado .
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Jefe de servicio de psiquiatría del niño y adolescente en el Gregorio Marañón. Casi nada:
-6:47 es cuando empieza la chicha
-8:18 Muchas chicas que dicen ser trans(géneros) porque ser mujer es "una mierda". Y vienen con trastornos depresivos, cuadro de autismo, o algún tipo de abuso, y dicen que "quieren dejar de ser mujer".
-9:30 Estamos muy acostumbrados a que muchas de las cosas que nos dicen, niños y adolescentes, son cambiantes. Nunca iniciamos un tratamiento farmacológico contra la depresión porque en una sesión nos diga que está muy triste.
-11:43 En muchos casos detrás hay un trasfondo que tiene que ver con la salud mental.
-14:12 Hemos llegado a la idea delirante de que podemos elegir nuestro sexo biológico.
-16:40 Las formas de decirle al mundo que estoy mal, cambia, y varía en el tiempo y entre culturas.
-17:08 Mucho de lo que hay ahora es una forma de expresar una psicopatología, y ante eso lo peor que se puede hacer es actuar rápidamente.
-18:00 Una de cada dos personas de los que estamos aquí hemos tenido dudas sobre nuestra sexualidad en nuestra adolescencia. Está bien y es normal, pero al final solamente el 10% es homosexual. Y a nadie se le ocurre ponerle un psicólogo asertivo (a un adolescente que duda) para que luego "no se eche para atrás".
Charla, cojonuda. Tira por tierra las gilipolleces
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Total, que un hombre con el culo pelado de tratar adolescentes y patologías en ellos dice absolutamente lo contrario que dice la imbécil de la Montero y toda la recua de posmodernos que saben tanto de psicología como de física cuántica:
- Que el brutal incremento actual es por moda (los presos muestran sus problemas y trastornos cortándose). Han pasado de 50 camas para adolescentes a 150.
- Que no se puede hacer terapia asertiva en adolescentes.
- Un 60% de los que se quieren hormonar se echan para atrás.
- Que es una barbaridad permitir que un adolescente decida operarse de manera unilateral.
Ardo en deseos de leer a algún iluminado, inexperto e ignorante intentar refutar a este hombre con tal de no admitir que estaba equivocado