El condenado aprovechaba momentos en los que la mujer estaba sola, y en zonas no visibles de la tienda como la cámara de la carnicería, los almacenes, el obrador o los vestuarios femeninos, para realizarle todo tipo de tocamientos sin su consentimiento, y pese a que ella le pedía de manera insistente que cesase. La sentencia recoge que la víctima no contó en ningún momento, ni a compañeros, superiores, amigos o familiares lo que estaba ocurriendo por miedo y vergüenza, y soportó comentarios humillantes durante los siete años.
Comentarios
Siete años... Gigante desgraciado y menudo calvario el de la mujer.
#1 Siete años. Yo aguanté casi uno (hasta que encontré otra cosa) en un trabajo con un ambiente de mierda y, en este caso que ya hablamos de delito y durante tanto tiempo, me puedo imaginar lo tocada que ha quedado la víctima. Hay gente que habría que soltarla en la selva más profunda del bosque a que se buscasen la vida con las fieras sin volver a ver a nadie de su especie, porque no están preparados para vivir en sociedad.