Lo que tienes que hacer únicamente es ir y matar algunos conejos». A José lo llamaron, le dijeron dónde, y allí se presentó con su escopeta de manera altruista. Pum, pum, pum. José hizo lo que le indicaron, como llevan haciendo dóciles todos en Palomares desde el maldito 1966. Fue en la sierra de Villaricos. Ese día, allá por 2011, José mató a una docena de conejos silvestres, los entregó y nunca más supo de ellos. De la búsqueda de conejos radioactivos de Palomares (Almería) no se ha sabido nunca nada. Hasta ahora.
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