La globalización, con su explosiva y exponencial mezcla de comercio y turismo internacionales de los que en la actualidad no se libra ni el más apartado rincón del planeta, está creando las condiciones idóneas para la propagación de nuevas epidemias. Y quizás uno de los mejores ejemplos de este nuevo escenario al que nos enfrentamos tenga como protagonistas a los coronavirus, una familia de patógenos que deben su nombre a la peculiar estructura de su envuelta que asemeja a la de una “corona solar”.
Comentarios
Era algo muy previsible. Hay multitud de estudios y artículos de ello.
Por cierto, como los del cambio climático antropogénico. Hasta que la cosa explote.
¿No iría mejor en Hemeroteca?
Si nos reproducimos como conejos y consumimos como turistas, ¿qué esperamos que pase?