Hace 10 años | Por Malinowski a blogs.publico.es
Publicado hace 10 años por Malinowski a blogs.publico.es

En condiciones de competencia perfecta, dicho margen se determina exógenamente, pues ninguna firma puede funcionar con beneficios extraordinarios de manera prolongada, pero en la economía realmente existente, la que nos interesa a fin de cuentas, las ganancias están directamente influidas por las relaciones de poder, dentro y fuera de la firma, y por la configuración más o menos oligopólica de los mercados...

Comentarios

perrico

A ver. Ya estamos otra vez dándole vueltas a lo mismo. Los libertad de mercado es una utopía más grande que el socialismo utópico y el término "libre competencia" es un chiste malo.

Los mismos que nos quieren hacer creer que el comunismo no es viable porque la gente se corrompe con facilidad y el poder se va a volver totalitario, se cree que eso no existe con la famosa libre competencia. En el momento en que alguien tiene una cota de poder más grande que los demás la libre competencia se resquebraja.

Además estoy convencido que la evolución natural de la libre competencia es llegar a un monopolio, lo cual en sí es un contrasentido. El más poderoso barrerá a la competencia hasta ser capaz de cambiar las reglas en beneficio propio. Eso lo vemos día si y día también, hasta el punto de que sus decisiones pesan a veces más que las de los consejos de ministros.

pitercio

Qué cabronazos los trabajadores! Se empeñan en cobrarles a empresas donde se enchufan a la fuerza impidiendo que el propio empresario produzca absolutamente todo y divida los beneficios entre 1. Y encima se empeñan cobrar de acuerdo al valor de su tiempo y de lo que necesitan para vivir sin querer comprender los mercados! Menudas hienas desagradecidas.

casanxelin

Mas allá de todos los costes que se reflejan en los balances empresariales esta la ignorancia que hacen las empresas de las posibles aportaciones que a la gestión de las mismas puede hace su capital humano. Necesitamos que por parte del capital financiero se reconozca el valor de esas aportaciones y por parte del capital humano que se de una evolución cualitativa y se deje el salario como reivindicación única y se pase a reivindicar el compartir la gestión de la empresa, como medio de una mas justa distribución de perdidas y beneficios entre ambos capitales.