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#1:
Ambrose Evans-Pritchard: Los guardianes de la estabilidad financiera están provocando deliveradamente una fuga de capital bancario en Grecia y poniendo en peligro el sistema europeo, sólo para obligar al país heleno a arrodillarse.
Pocas veces en tiempos modernos hemos asistido a tal despliegue de petulancia y mal juicio por parte de aquellos que se supone están a cargo de la estabilidad financiera global y marcan la pauta del mundo occidental.
El espectáculo es increible. El Banco Central Europeo, el fondo de rescate de la Unión Monetaria, y el Fondo Monetario Internacional, entre otros, están arremetiendo con furia contra un gobierno elegido en las urnas que se niega a hacer lo que se le dice. Obvian totalmente su propia responsabilidad en los cinco años de errores políticos que han llevado a este callejón sin salida.
Quieren ver a esos Klephts rebeldes (guerrilleros que lucharon contra la ocupación otomana) colgados de las columnas del Partenón -o empalados, como preferían los otomanos, que los trataban como bandidos- incluso si se degradan sus propias instituciones en el proceso.
Si quisiésemos datar el momento en que el orden liberal Atlántico perdió su autoridad -y cuándo el proyecto europeo dejó de ser una fuerza motivadora histórica-, podríamos hablar de ahora mismo. En cierto sentido, la crisis griega es el equivalente financiero de la guerra de Iraq, totémica para la izquierda y para los soberanistas de la derecha, repleta de sus propios informes "maquillados".
¿Alguien duda de que el BCE -a través del Banco de Grecia- está incitando activamente a una fuga del capital bancario? El BCE es también el regulador bancario en la propia Grecia, y la publicación de su informe el miércoles pasado es un movimiento para agudizar el pánico.
Se advirtió sobre una "crisis incontrolable" si no se llegaba un acuerdo con los acreedores, seguido por el aumento de la inflación, "un aumento exponencial del paro", y un "desplome de todo lo que la economía griega ha logrado en sus años en la UE, y especialmente dentro de la zona del euro".
El guardián de la estabilidad financiera está consciente y deliberadamente acelerando una crisis financiera en un estado miembro de la Unión Monetaria -con el riesgo implícito del contagio a toda la zona Euro e incluso global-, con una táctica de negociación que consiste únicamente en forzar a Grecia a sentarse en su mesa.
Lo hizo días después de que el primer ministro Alexis Tsipras acusase a los acreedores de emplear "trampas legales" en las negociaciones, con fines sobre todo políticos. Prácticamente les acusó abiertamente de tratar de destruir un gobierno electo, de querer provocar un cambio de régimen por medio de la coerción económica.
Dejo a los abogados decidir si este informe es una violación de deber primordial del BCE, del que se le asignó en los tratados de la UE. Sin duda, es inusual. Porque de hecho, el BCE aumentó ayer la liquidez de emergencia para los bancos griegos (lo suficiente para operar hasta el lunes), tratando de compensar así el daño causado por la fuga de depósitos.
En el informe, el Banco de Grecia afirmaba que si se fracasaba en satisfacer las demandas de los acreedores, lo "más probable" sería que el país fuese expulsado de la Unión Europea. Seamos claros sobre el significado de esto. No es la expresión de una opinión. Es el equivalente a una amenaza del BCE. Los griegos están fuera si se resisten.
No es la primera vez que el BCE se desvía mucho de su mandato. Ya obligó al Estado irlandés a hacer buenas las reclamaciones de los tenedores de bonos junior del Anglo-Irish Bank, obligando a los contribuyentes irlandeses a cargar con una deuda adicional igual a 20 puntos del PIB.
Esto se hizo exclusivamente con el fin de salvar el sistema bancario europeo en un momento en que el BCE se negaba a hacer su trabajo, traicionando la tarea principal de un banco central: actuar como prestamista de última instancia.
Envió cartas secretas a los líderes electos de España e Italia en agosto de 2011 exigiendo cambios muy detallados en sus leyes domésticas, cosa para la que no tenía mandato ni competencia técnica; incluso se entrometió en temas capitales referentes a legislación laboral, que habían llevado previamente al asesinato de dos funcionarios italianos a manos de las Brigadas Rojas. Se exigió un cambio en la Constitución Española.
La culpabilidad del FMI en este fiasco es hoy ya bien conocida. Como dije la semana pasada, sus propios documentos internos muestran que el rescate original, en 2010, fue diseñado para rescatar el sistema bancario de la zona Euro y la unión monetaria en un momento en que no tenía defensas contra el contagio. Grecia fue entonces sacrificada.
Cuando Silvio Berlusconi se resistió, el BCE canceló la compra de bonos, elevando los rendimientos a 10 años en 7.5 puntos. Se vio obligado a dejar el cargo a través de un golpe de Estado de salón, legitimado como una jubilación, y fue sustituido por Monti, un fanático europeista.
Para que no lo olvidemos, también se aupó al entonces vicepresidente griego, Lucas Papademos, al gobierno de de Grecia, cuando el primer ministro George Papandreou sugirió simplemente que se podría presentar el paquete de rescate a referéndum; una buena idea en retrospectiva. Esto hace dos golpes de Estado. Ahora Syriza teme el tercero.
La estructura de poder de los acreedores ha perdido el rumbo. El FMI está confundido. Está aplicando una política de austeridad en Grecia absolutamente contradictoria -sin alivio de la deuda, cambio de bonos o inversión compensatoria- que ha sido desacreditada y calificada por su propio departamento de investigación como "científicamente errónea".
sigue...
Pocas veces en tiempos modernos hemos asistido a tal despliegue de petulancia y mal juicio por parte de aquellos que se supone están a cargo de la estabilidad financiera global y marcan la pauta del mundo occidental.
El espectáculo es increible. El Banco Central Europeo, el fondo de rescate de la Unión Monetaria, y el Fondo Monetario Internacional, entre otros, están arremetiendo con furia contra un gobierno elegido en las urnas que se niega a hacer lo que se le dice. Obvian totalmente su propia responsabilidad en los cinco años de errores políticos que han llevado a este callejón sin salida.
Quieren ver a esos Klephts rebeldes (guerrilleros que lucharon contra la ocupación otomana) colgados de las columnas del Partenón -o empalados, como preferían los otomanos, que los trataban como bandidos- incluso si se degradan sus propias instituciones en el proceso.
Si quisiésemos datar el momento en que el orden liberal Atlántico perdió su autoridad -y cuándo el proyecto europeo dejó de ser una fuerza motivadora histórica-, podríamos hablar de ahora mismo. En cierto sentido, la crisis griega es el equivalente financiero de la guerra de Iraq, totémica para la izquierda y para los soberanistas de la derecha, repleta de sus propios informes "maquillados".
¿Alguien duda de que el BCE -a través del Banco de Grecia- está incitando activamente a una fuga del capital bancario? El BCE es también el regulador bancario en la propia Grecia, y la publicación de su informe el miércoles pasado es un movimiento para agudizar el pánico.
Se advirtió sobre una "crisis incontrolable" si no se llegaba un acuerdo con los acreedores, seguido por el aumento de la inflación, "un aumento exponencial del paro", y un "desplome de todo lo que la economía griega ha logrado en sus años en la UE, y especialmente dentro de la zona del euro".
El guardián de la estabilidad financiera está consciente y deliberadamente acelerando una crisis financiera en un estado miembro de la Unión Monetaria -con el riesgo implícito del contagio a toda la zona Euro e incluso global-, con una táctica de negociación que consiste únicamente en forzar a Grecia a sentarse en su mesa.
Lo hizo días después de que el primer ministro Alexis Tsipras acusase a los acreedores de emplear "trampas legales" en las negociaciones, con fines sobre todo políticos. Prácticamente les acusó abiertamente de tratar de destruir un gobierno electo, de querer provocar un cambio de régimen por medio de la coerción económica.
Dejo a los abogados decidir si este informe es una violación de deber primordial del BCE, del que se le asignó en los tratados de la UE. Sin duda, es inusual. Porque de hecho, el BCE aumentó ayer la liquidez de emergencia para los bancos griegos (lo suficiente para operar hasta el lunes), tratando de compensar así el daño causado por la fuga de depósitos.
En el informe, el Banco de Grecia afirmaba que si se fracasaba en satisfacer las demandas de los acreedores, lo "más probable" sería que el país fuese expulsado de la Unión Europea. Seamos claros sobre el significado de esto. No es la expresión de una opinión. Es el equivalente a una amenaza del BCE. Los griegos están fuera si se resisten.
No es la primera vez que el BCE se desvía mucho de su mandato. Ya obligó al Estado irlandés a hacer buenas las reclamaciones de los tenedores de bonos junior del Anglo-Irish Bank, obligando a los contribuyentes irlandeses a cargar con una deuda adicional igual a 20 puntos del PIB.
Esto se hizo exclusivamente con el fin de salvar el sistema bancario europeo en un momento en que el BCE se negaba a hacer su trabajo, traicionando la tarea principal de un banco central: actuar como prestamista de última instancia.
Envió cartas secretas a los líderes electos de España e Italia en agosto de 2011 exigiendo cambios muy detallados en sus leyes domésticas, cosa para la que no tenía mandato ni competencia técnica; incluso se entrometió en temas capitales referentes a legislación laboral, que habían llevado previamente al asesinato de dos funcionarios italianos a manos de las Brigadas Rojas. Se exigió un cambio en la Constitución Española.
La culpabilidad del FMI en este fiasco es hoy ya bien conocida. Como dije la semana pasada, sus propios documentos internos muestran que el rescate original, en 2010, fue diseñado para rescatar el sistema bancario de la zona Euro y la unión monetaria en un momento en que no tenía defensas contra el contagio. Grecia fue entonces sacrificada.
Cuando Silvio Berlusconi se resistió, el BCE canceló la compra de bonos, elevando los rendimientos a 10 años en 7.5 puntos. Se vio obligado a dejar el cargo a través de un golpe de Estado de salón, legitimado como una jubilación, y fue sustituido por Monti, un fanático europeista.
Para que no lo olvidemos, también se aupó al entonces vicepresidente griego, Lucas Papademos, al gobierno de de Grecia, cuando el primer ministro George Papandreou sugirió simplemente que se podría presentar el paquete de rescate a referéndum; una buena idea en retrospectiva. Esto hace dos golpes de Estado. Ahora Syriza teme el tercero.
La estructura de poder de los acreedores ha perdido el rumbo. El FMI está confundido. Está aplicando una política de austeridad en Grecia absolutamente contradictoria -sin alivio de la deuda, cambio de bonos o inversión compensatoria- que ha sido desacreditada y calificada por su propio departamento de investigación como "científicamente errónea".
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Ambrose Evans-Pritchard: Los guardianes de la estabilidad financiera están provocando deliveradamente una fuga de capital bancario en Grecia y poniendo en peligro el sistema europeo, sólo para obligar al país heleno a arrodillarse.
Pocas veces en tiempos modernos hemos asistido a tal despliegue de petulancia y mal juicio por parte de aquellos que se supone están a cargo de la estabilidad financiera global y marcan la pauta del mundo occidental.
El espectáculo es increible. El Banco Central Europeo, el fondo de rescate de la Unión Monetaria, y el Fondo Monetario Internacional, entre otros, están arremetiendo con furia contra un gobierno elegido en las urnas que se niega a hacer lo que se le dice. Obvian totalmente su propia responsabilidad en los cinco años de errores políticos que han llevado a este callejón sin salida.
Quieren ver a esos Klephts rebeldes (guerrilleros que lucharon contra la ocupación otomana) colgados de las columnas del Partenón -o empalados, como preferían los otomanos, que los trataban como bandidos- incluso si se degradan sus propias instituciones en el proceso.
Si quisiésemos datar el momento en que el orden liberal Atlántico perdió su autoridad -y cuándo el proyecto europeo dejó de ser una fuerza motivadora histórica-, podríamos hablar de ahora mismo. En cierto sentido, la crisis griega es el equivalente financiero de la guerra de Iraq, totémica para la izquierda y para los soberanistas de la derecha, repleta de sus propios informes "maquillados".
¿Alguien duda de que el BCE -a través del Banco de Grecia- está incitando activamente a una fuga del capital bancario? El BCE es también el regulador bancario en la propia Grecia, y la publicación de su informe el miércoles pasado es un movimiento para agudizar el pánico.
Se advirtió sobre una "crisis incontrolable" si no se llegaba un acuerdo con los acreedores, seguido por el aumento de la inflación, "un aumento exponencial del paro", y un "desplome de todo lo que la economía griega ha logrado en sus años en la UE, y especialmente dentro de la zona del euro".
El guardián de la estabilidad financiera está consciente y deliberadamente acelerando una crisis financiera en un estado miembro de la Unión Monetaria -con el riesgo implícito del contagio a toda la zona Euro e incluso global-, con una táctica de negociación que consiste únicamente en forzar a Grecia a sentarse en su mesa.
Lo hizo días después de que el primer ministro Alexis Tsipras acusase a los acreedores de emplear "trampas legales" en las negociaciones, con fines sobre todo políticos. Prácticamente les acusó abiertamente de tratar de destruir un gobierno electo, de querer provocar un cambio de régimen por medio de la coerción económica.
Dejo a los abogados decidir si este informe es una violación de deber primordial del BCE, del que se le asignó en los tratados de la UE. Sin duda, es inusual. Porque de hecho, el BCE aumentó ayer la liquidez de emergencia para los bancos griegos (lo suficiente para operar hasta el lunes), tratando de compensar así el daño causado por la fuga de depósitos.
En el informe, el Banco de Grecia afirmaba que si se fracasaba en satisfacer las demandas de los acreedores, lo "más probable" sería que el país fuese expulsado de la Unión Europea. Seamos claros sobre el significado de esto. No es la expresión de una opinión. Es el equivalente a una amenaza del BCE. Los griegos están fuera si se resisten.
No es la primera vez que el BCE se desvía mucho de su mandato. Ya obligó al Estado irlandés a hacer buenas las reclamaciones de los tenedores de bonos junior del Anglo-Irish Bank, obligando a los contribuyentes irlandeses a cargar con una deuda adicional igual a 20 puntos del PIB.
Esto se hizo exclusivamente con el fin de salvar el sistema bancario europeo en un momento en que el BCE se negaba a hacer su trabajo, traicionando la tarea principal de un banco central: actuar como prestamista de última instancia.
Envió cartas secretas a los líderes electos de España e Italia en agosto de 2011 exigiendo cambios muy detallados en sus leyes domésticas, cosa para la que no tenía mandato ni competencia técnica; incluso se entrometió en temas capitales referentes a legislación laboral, que habían llevado previamente al asesinato de dos funcionarios italianos a manos de las Brigadas Rojas. Se exigió un cambio en la Constitución Española.
La culpabilidad del FMI en este fiasco es hoy ya bien conocida. Como dije la semana pasada, sus propios documentos internos muestran que el rescate original, en 2010, fue diseñado para rescatar el sistema bancario de la zona Euro y la unión monetaria en un momento en que no tenía defensas contra el contagio. Grecia fue entonces sacrificada.
Cuando Silvio Berlusconi se resistió, el BCE canceló la compra de bonos, elevando los rendimientos a 10 años en 7.5 puntos. Se vio obligado a dejar el cargo a través de un golpe de Estado de salón, legitimado como una jubilación, y fue sustituido por Monti, un fanático europeista.
Para que no lo olvidemos, también se aupó al entonces vicepresidente griego, Lucas Papademos, al gobierno de de Grecia, cuando el primer ministro George Papandreou sugirió simplemente que se podría presentar el paquete de rescate a referéndum; una buena idea en retrospectiva. Esto hace dos golpes de Estado. Ahora Syriza teme el tercero.
La estructura de poder de los acreedores ha perdido el rumbo. El FMI está confundido. Está aplicando una política de austeridad en Grecia absolutamente contradictoria -sin alivio de la deuda, cambio de bonos o inversión compensatoria- que ha sido desacreditada y calificada por su propio departamento de investigación como "científicamente errónea".
sigue...
#1 Curiosa inversión de causa-efecto.
El gobierno de Tsipras está quemando sus naves. la gente se huele el grexit y quiere salvar sus euros. Pero la culpa es de Frankfurt.
Tengo un hermoso submarino en venta... ¿alguien lo quiere comprar?
#6 Curiosa inversión de causa-efecto.
Inventa otra cosa, la táctica "Esperanza Aguirre" de acusar a los demás de los propios defectos antes de que te acusen a ti de lo mismo, no cuela.
"Yo destapé la Gurtel"
(Y los burros vuelan)
#9 El problema de Grecia (y el de España) no está ni en Frankfurt ni en Berlin. Está más bien dentro de sus fronteras. En el caso de Grecia, casi un 28% de fraude fiscal. Hecho por griegos. y contra otros griegos.
http://www.tackletaxhavens.com/Cost_of_Tax_Abuse_TJN_Research_23rd_Nov_2011.pdf
#1 Ahora contemos la segunda parte: con Papademos, la economía griega empezó a recuperarse. Ahora con Syriza, ha vuelto a entrar en caida libre.
Monti salvó a Italia de la bancarrota e hizo que su economía mejorase bastante.
¿En cuanto a Syriza, que ha hecho?. De momento, y aparte de pedir dinero y enchufar a los familiares y amigos, nada relevante. ¿Está luchando contra la corrupción?, parece que no, visto que siguen haciendo más o menos lo mismo que hacía el PASOK en sus tiempos: pedir prestado y permitir el clientelismo.
El clientelismo en Grecia no ha cambiado un ápice desde que llegó Syriza. Sigue igual.
En suma, el BCE está haciendo lo correcto: poner un límite a lo que está dispuesto a prestar.
#7 Ahora contemos la segunda parte: con Papademos, la economía griega empezó a recuperarse.
Ahora viene la tercera: Co Zapatero a la economía española le pasa lo mismo que a la griega SE RECUPERA.
¿Mérito de Papademos o Zapatero, o del pusilánime Rajoy?
Naranjas de la China, nuestra situación económica y la de Grecia depende exclusivamente de las compras de bonos del BCE en estos momentos. Esto es debido a que la trampa de deuda de Europa está causada por el Euro, lo que hagan sus gobernantes son matar moscas a cañonazos comparado con la QE del BCE.
Esto es más qe evidente solo tienes que seguir la evolución económica de los últimos años de crisis en varios países europeos y no solo uno por uno individualmente como si estuvieran anclados en el medio del mar como la Atlántida.
#1 Por fin un artículo que cuenta los hechos tal y como están sucediendo.
#8 Querrás decir "por fin un artículo que cuenta los hechos tal como a mi me gustaría que fueran".
http://tinyurl.com/nhwx6np
“El FMI entrenó a periodistas Griegos En Washington D.C. para que hablaran favorablemente del FMI y la Comisión Europea”
“Christine Lagarde y otros altos oficiales del fondo se pusieron en contacto conmigo antes de mi testimonio ante el comité para recordarme que los miembros del FMI tienen inmunidad”
Deliberadamente
#2 Corregido en la entradilla, en el comentario ya no es posible. Imagino que habrá más faltas, de todos modos...
Alemania a lo largo de la historia siempre ha tenido rechazos en sus relaciones con los demas paises, que han acabado malamente y en conflictos muy graves.
No aprenderemos nunca?
los llaman guardianes cuando son el juez jurado y verdugo
WW III, ya lo dije tiempo ha.