La fosa atlántica se encuentra a unas 300 millas náuticas —algo más de 550 kilómetros— del cabo Fisterra, en dirección noroeste, por lo que Galicia es el punto terrestre más próximo a esta depresión marina, que cuenta con 4.000 metros de profundidad. En los años ochenta, varios países europeos depositaron 140.000 toneladas de residuos nucleares en esta fosa, lo que desató una serie de protestas que dieron lugar al primer gran movimiento ecologista gallego.
Comentarios
Los 223.000 bidones con residuos nucleares lanzados en alta mar hasta 1982 no se controlan desde hace dos décadas, pese a las evidencias de fugas.
A pocos kilómetros de la costa francesa y a sólo 124 metros de profundidad, un submarino dirigido por control remoto enviado por periodistas alemanes acaba de encontrar dos bidones con residuos radiactivos lanzados al Canal de la Mancha en la década de 1950. Los contenedores, de origen belga o británico, confirman que bajo el Atlántico hay una bomba de relojería.
Una de las razones por las que la energía atómica es vista desde según que ópticas con tanta permisividad.
Si esas centenares de miles de toneladas de residuos radiactivos no hubieran "desaparecido" bajo las aguas de Atlántico ahora mismo estaríamos viviendo un tremendo problema con la gestión de esos residuos en tierra firme.
Pero la realidad no se puede aplazar indefinidamente...
#2 Se suponía que la mayoría del peso de los bidones era el cemento que "protegía" a las cápsulas con los residuos. Pero me fío entre poco y nada del ratio entre la cantidad de protección que llevaban y el material radioactivo. Echarlo además a un entorno tan corrosivo y del que nos alimemtamos como el océano me parece de una ingenuidad y/o hijoputez supina.
#3 Negocios,solo negocios.
Seguro que la industria nuclear se hace cargo y las socializa añadendo los costes al recibo eléctrico.Para recordarnos lo limpias ,ecológicas y competitivas que son.