Una de las coordenadas mentales más habituales a la hora de hablar de la guerra civil española es la comparación de la violencia en la retaguardia republicana y la sublevada de manera equivalente, obviando que la naturaleza, objetivos, y lógicas de ambas eran radicalmente diferentes. Las dos son reprobables desde el punto de vista moral, pero la comprensión y la integración de las mismas dentro del conocimiento historiográfico y en la memoria pública exige que se conozcan las diferencias cualitativas y cuantitativas entre ellas.
Comentarios
El sector más afectado por esta profilaxis fue sin duda la Iglesia, y se ha llegado a formular que esta espiral de violencia pudiera incluso acercarse a la denominación de genocidio.
No sólo acercarse, de hecho encaja perfectamente en la definición de genocidio:
In the present Convention, genocide means any of the following acts committed with intent to destroy, in whole or in part, a national, ethnical, racial or religious group
https://www.un.org/en/genocideprevention/genocide.shtml
#2 ¿Quieres decir que la república intentó aniquilar a los católicos?
Algún dato habría estado bien.
El autor quiere dejar patente la diferencia de la violencia entre ambos bandos durante la guerra civil (entendiéndola como su parte militar, hasta 1939, y su parte social, hasta más allá de 1950), y se limita a describir estrategias.
Por eso, uno no consigue hacerse a la idea de cuánto más fue una sobre la otra, salvo aplicar imaginación, aunque se sobreentiende que una fue en un inicio caótica y social y la otra también mas luego larga y planificada.
#1 En efecto, supongo que debe de haber muchísimos datos sobre esto.
De todas formas basta con comparar las posiciones de los dos bandos. Mientras la república llamaba al orden e intentaba parar fusilamientos extrajudiciales, Queipo de Llano animaba por la radio a matar republicanos y violar a sus mujeres.
A ver. Hay que mirar el contexto de la época. Por ejemplo. En la segunda guerra mundial los aliados bombardearon sin piedad a los alemanes y japoneses, destruyendo por completo ciudades mediante bombas incendiarias e incluso atómicas... y los que idearon aquel genocidio se hartaron de medallas.
En cambio, los responsables nazis y japoneses de la segunda guerra mundial fueron juzgados y castigados.
En España pasó exactamente igual. Los ganadores recibieron medallas y los perdedores fueron condenados.