En el caso de la culpabilización, el manipulador increpa moralmente al manipulado por su acción u omisión respecto a un estatuto moral preestablecido. Se le dice al manipulado: "Eres el culpable de vulnerar un bien jurídico que es mío". Por otro lado, en la victimización, el manipulador se presenta como un sujeto que injustamente padece una restricción, afirmando: "Es injusto lo que hacen conmigo". […] Israel optó por el segundo eje de manipulación discursiva: la victimización. Acusó a quienes lo reprochaban de conductas antisemitas.
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Y esta reversión, propio del maltrato, de la perversión genocida; continua en España: se oculta y silencia la historia de las victimas de la represión franquista, mujeres rapadas, violadas, mujeres y hombres torturados fusilados,... por vergüenza. Mientras los herederos de los genocidas franquistas se muestran orgullosos, y culpabilizan a los que se rebelaron y rebelan a la dictadura franquista; y se ofenden porque se quiere recuperar y rectificar la historia
La victimización es la mejor manera de apuntalar una ideología en crisis. Cuando has perdido credibilidad desde el punto de vista ideológico por los errores propios, la única manera de sobrevivir políticamente es convertir tu identidad política en una identidad victimista. La victimización es el último reducto de un político o un Estado fracasado,