El histórico de la noche palmesana, que comenzó su trayectoria como recogepelotas en el Mallorca Club de Tenis y llegó a convertirse en el propietario de las mayores discotecas de Balears, gimnasios y hoteles e incluso de una desaparecida aerolínea de vuelos chárter bautizada con sus siglas, supo tejer sus relaciones. Durante décadas, el magnate se relacionó con sutileza con el PP y con Unió Mallorquina (UM), eterno partido bisagra.
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