Una serie construye un crudo relato a través de la historia personal de sus diez protagonistas. Sobre ellos, Miralles destaca que representan al grueso de las personas encarceladas “A la hora de recoger esas miguitas de pan, siempre acabábamos en el mismo punto: todas y cada una de ellas habían sufrido situaciones de violencia de género extrema”, apunta. Y agrega que, de las 10 presas a las que entrevistó para esta producción, cuatro habían sufrido abusos sexuales por parte de un familiar de primer grado.
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Sobre ellos, Miralles destaca que representan al grueso de las personas encarceladas: “Podríamos ser cualquiera de nosotros. No tienen ninguna tara mental, no nacieron malos ni tienen el rabo y los cuernos del demonio. Son personas normales y corrientes que no tuvieron suerte, no supieron elegir o sus vidas les llevaron hasta allí”, expresa.
Esto me recuerda a aquel que fue a pasar revista a los galeotes de una galera y empezó a preguntarles porque estaban allí: "soy inocente", "yo no lo hice", "el alguacil me tenía manía"... Total, que llega donde uno al que le pregunta por qué estaba allí y le responde: "porque me lo merezco y menos mal que no se sabe lo que hice que si se supiese tendría que estar muerto". El otro mira el capitán de la galera y ledice: "libere a este hombre que me va corromper a todos estos inocentes".
Claro que si, todas las mujeres delincuentes lo son por culpa del patriarcado.