Las cifras de la población de oso pardo en la Cordillera Cantábrica y, más concretamente, las de las hembras reproductoras con crías están hinchadas. La diferencia entre los censos publicados y la realidad existente sobre el terreno es abismal. Hasta tal punto que el núcleo oriental, repartido entre Cantabria y Castilla y León, "está al borde de la extinción". El problema es que las administraciones y algunos colectivos ecologistas mantienen su mensaje optimista y engordan las estadísticas, con una tendencia constante a la exageración, para rec
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Grandes afirmaciones, grandes pruebas. Si hay doble conteo, alguna prueba hay que poner encima de la mesa.