La organización desarrolló un entramado empresarial con personas interpuestas (testaferros) al objeto de evitar la responsabilidad en los delitos de los máximos responsables. Parte de las mujeres recluidas fueron obligadas a trabajar en uno de los pisos de contactos de la organización que estaba especializado en prácticas sadomasoquistas, llegando a convertirse en lugar de referencia de ese sector en el norte de España. Las jóvenes vivían hacinadas, hasta cuatro, en una sola habitación, sin luz natural y en condiciones insalubres. La...
Comentarios
Pues a villacandado con ellos.
Eso es, a ver si pueden seguir allí con sus gustos sadomasoquistas.