Hace 8 años | Por Cicerone50 a infolibre.es
Publicado hace 8 años por Cicerone50 a infolibre.es

La amoralidad de los corruptos cala como lluvia fina en sus adeptos, defensores y votantes, que acaban siendo un reflejo de sus líderes, con todas sus consecuencias. Consecuencias que pagan los ciudadanos honrados que se niegan a arrojar sus principios en la hoguera de lo pragmático, y se ven obligados a presenciar y padecer este lamentable espectáculo del todo vale, a reconocer la decadencia del país en el que habitan, y a aprender a coexistir con aquellos que con su voto les obligan a vivir en un estercolero.

Comentarios

C

Este párrafo es una parte del artículo. Yo soy uno de los obligados a vivir en ese estercolero.