Hace 4 años | Por Muzai a jotdown.es
Publicado hace 4 años por Muzai a jotdown.es

El cuerpo de Javier Valdez, tirado en mitad de una calle de Culiacán, capital de Sinaloa, podía reconocerse por el sombrero panamá que siempre llevaba en vida y que ahora le tapaba el rostro, protegiendo de las cámaras su última expresión. Acababa de salir de las oficinas de Ríodoce, el semanario que había fundado junto a su amigo Ismael Bojórquez en 2003. A solo una cuadra de ahí, fue detenido por dos individuos, bajado de su modesto Toyota Corolla, puesto de rodillas y acribillado con doce balas. Fue una conmoción dentro y fuera de México.