Hace 8 meses | Por --736055-- a cadenaser.com
Publicado hace 8 meses por --736055-- a cadenaser.com

El sello fue la solución de Rowland Hill. Inventó el pago por adelantado y equitativo de las cartas. "Para enviar una carta bastaba con comprar en las oficinas de correos una estampita con pegamento: los sellos. Los primeros costaban un penique y eran negros, con el perfil de la Reina Victoria que acababa de llegar al trono. Por eso se llamaban Penny Black".

Comentarios

Guanarteme

Pues yo conocía otra leyenda, y no era en Inglaterra, sino en Escocia:

Antiguamente le pagabas al cartero cuando te iba a dar la carta, pues estaba Sir Cunty Mac Cocksucker alojándose en una posada de Devil's Ass Bottom, en los Lowlands escoceses, cuando llega un cartero con una carta para una de las muchachas del servicio de la posada.

La joven toma la carta y tras ojearla brevemente se la devuelve al cartero aduciendo que no podía pagarla; entonces nuestro amigo Mac Cocksucker, en un alarde de gentileza, paga la carta.

Tras marcharse el cartero, la muchacha se dirige al noble huésped y en una mezcla de agradecimiento y vergüenza le explica que no era necesario haber hecho eso:

- Yo ni sé leer, Sir, esas cartas me las manda mi novio desde la ciudad y por unas marcas que hace me cuenta cómo está y cuándo tiene pensado volver.

Pues a raíz de eso, el noble escocés cuyo nombre me he inventado porque no me acuerdo, inventó el sello, pero no porque fuera algo para ricos o pobres, sino porque no le salió de los eggs que la gente se aprovechara así del sistema.

Esa era la versión que conocía yo.....

xyria

#1 Me parece que la entrada de wikipedia sobre el sello postal narra la misma leyenda. No hay certeza de que sea cierta.

Y hoy en día el sello sirve para absolutamente nada, porque si quieres garantía de algo, hay que certificar (y pagar doble).
Cuántas cartas y postales no habré enviado yo con sello y nunca han llegado, pero como no están certificadas ni tengo pruebas de nada no puedo reclamar. Correos puede perfectamente no entregar nada que tenga solo sellos y nadie puede decir ni pio.