Los discursos del senador republicano John McCain y del expresidente George HW Bush cuando perdieron las elecciones presidenciales ante sus rivales demócratas –Barack Obama y Bill Clinton respectivamente– parecen algo imposible en la era de Donald Trump. El tono conciliador y la confianza en el sistema democrático del país chocan radicalmente con la actitud combativa del actual presidente, que este jueves ha afirmado sin pruebas que existe un fraude masivo y que no reconoce los resultados.
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La voxemia norteamericana ha fagocitado al Partido Republicano.
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