Hace 2 años | Por jelzimoñac a lamarea.com
Publicado hace 2 años por jelzimoñac a lamarea.com

Son las 12.30 del mediodía del viernes 18 de marzo. Buena parte de los medios internacionales abren sus páginas con el bombardeo ruso en las inmediaciones del aeropuerto de Leópolis (Lviv), a apenas 80 kilómetros de donde nos encontramos. Y unas trescientas personas esperan poder subirse a un tren que les lleve de vuelta exactamente a esta ciudad para, en muchos casos, continuar con su regreso a sus hogares en distintos lugares de Ucrania.

Comentarios

tiopio

Echo de menos la perspectiva de género.

D

“Siento que tengo que estar con mi pueblo, ayudando en lo que sea: cocinando, preparando cajas de comida, tejiendo redes de camuflaje… Mis padres piensan que estoy loca”
Ésta joven nazi debería hablar con algún meneante que le explicara que lo mejor es que se rinda. Que su presidente la está manipulando y que Putin se ha visto obligado a esta operación especial por culpa de occidente.
Si no se rinde va a ocurrir lo peor de lo peor, la más horrible de las devastaciones, y es que esos meneantes no podrán volver a sus argumentos pueriles pre-guerra donde se devolvían tan cómodamente.