De todos los fenómenos incomprensibles de la política americana, hay muy, muy, muy pocos que se acerquen al de las primarias presidenciales. El método en sí para escoger el candidato, en teoría, es más que decente; que los votantes de un partido escojan en votación abierta quién les representará en las elecciones. La ejecución, sin embargo, es increíblemente chapucera, fruto de su improvisada estructura institucional.
Maravillas del difícilmente comprensible sistema político estadounidense: El orden de las votaciones tiene un peso muy importante en qué candidato puede ser más o menos viable de entrada y qué tipo de votantes demócratas son los que marcarán la agenda delimitando el “menú” de presidenciables esas primeras semanas.
Comentarios
Maravillas del difícilmente comprensible sistema político estadounidense:
El orden de las votaciones tiene un peso muy importante en qué candidato puede ser más o menos viable de entrada y qué tipo de votantes demócratas son los que marcarán la agenda delimitando el “menú” de presidenciables esas primeras semanas.
En EE. UU. toda la democracia es una auténtica chapuza.