Se atrevió a lo que pocas japonesas osarían: hablar de su violación públicamente. Denunció a un destacado periodista y lo que podría haber sido el detonante del
#MeToo en Japón se convirtió en el escarnio público de su principal abanderada. Esta periodista freelance, continúa su lucha por concienciar sobre los abusos sexuales en Japón, que comenzó meses antes de lo que ocurrió en Hollywood. "Recibí amenazas y comentarios muy negativos". "Zorra", "prostituta", "deberías estar muerta", son algunos de los mensajes que recibió en redes sociales.