Hace 4 años | Por bonobo a niusdiario.es
Publicado hace 4 años por bonobo a niusdiario.es

El día 30 de marzo fue uno de los más duros en la vida de Gabi Heras. Y eso que este sanitario está curtido en durísimas batallas. Pero cuando ese lunes se despertó, este intensivista de un hospital de Madrid, se emocionó pensando en su hija pequeña. Mara cumplía seis años y él no iba a poder estar con ella. Ni abrazarla. Ni darle un beso. Además, los datos de fallecidos de esa jornada, 849, incrementaron su sensación de angustia.