Publicado hace 1 año por Javier_Lothbrok a elsaltodiario.com

En Madrid, 12 bloques con 115 viviendas se niegan a asumir incrementos especulativos del alquiler, mientras siguen abonando la renta tras decaer el contrato. En Barcelona, alrededor de 2.000 hogares han conseguido desde 2018 una renovación del contrato del alquiler que consideran justa siguiendo esta estrategia.

Comentarios

D

Trankis, no dejéis que estas noticias aporófobas os hundan la moral. Si queréis un pensamiento positivo que os levante la moral, lo único que necesitáis recordar en todo momento es que vuestros hijos os agradecerán que les hayáis hecho nacer en este país tanto como vosotros lo estáis agradeciendo a vuestros padres.

Además, ¿qué pasa con las personas éticas e inteligentes que, en legítimo ejercicio de sus derechos humanos fundamentales, así como de su cultura, consideran que la pobreza y la precariedad son cosas estupendas, tan estupendas como para incluso hacer nacer, y criar, a sus propios hijos en ellas, a que sus hijos también les agradezcan la pobreza y la precariedad tanto como esas personas las agradecen a sus padres?

Desde esta perspectiva, tener hijos es la manera más clara y evidente en que una persona puede mostrar su aprobación favorable del entorno económico o de las condiciones económicas en que dicha persona hace nacer a esos hijos. (Pues ¿qué persona ética e inteligente haría nacer a sus propios hijos en un determinado entorno o circunstancia económica si considerase que ese entorno o circunstancia económica es horrible?)

Este tipo de noticias, que presuponen que la pobreza y la precariedad son cosas malas o negativas, están culpabilizando, criminalizando y estigmatizando a esas personas que consideran que la pobreza y la precariedad son circunstancias estupendas en las que hacer nacer, y criar, a sus propios hijos, si nos atenemos a los altos estándares éticos e intelectuales de Menéame, además de que también están obviando la dimensión cultural, porque, al implicar indirectamente que la pobreza y la precariedad son cosas malas o negativas, están también indirectamente implicando que las personas que hacen nacer a sus propios hijos en la pobreza o la precariedad están haciendo daño o perjudicando a esos hijos, y por tanto están también indirectamente implicando que las personas que hacen nacer a sus propios hijos en la pobreza o la precariedad son malas personas y malos progenitores, sin inteligencia, lo cual, según esos altos estándares éticos e intelectuales de Menéame, es aporofobia, incluso aunque esas personas progenitoras fueran ricas.

La convivencia en una sociedad civilizada precisamente debe consistir en que sepamos respetarnos los unos a los otros las costumbres, marcos culturales, y diversidades ideológicas, de opiniones, de preferencias, de criterios progenitores y de principios éticos de cada cual, aunque pudieran no coincidir con los nuestros.

España, pues, va bien y está bien como está, y la precariedad, la pobreza, el subdesarrollo, el capitalismo y la monarquía son cultura, costumbres, derechos, libertades, preferencias, elecciones, votos e hijos de los españoles, y nos los tienen que respetar así como nosotros, los españoles, también respetamos las culturas y costumbres ajenas.

Quien es pobre es porque quiere votar capitalismo y monarquía, y quien vota capitalismo y monarquía lo hace porque quiere ser pobre.

No creáis, pues, a nadie que os diga que hay una guerra intergeneracional.

Y recordad también que cuando hacéis nacer a vuestros propios hijos en la precariedad y en la pobreza, no serán los ricos, el capitalismo y la monarquía los que se estén riendo de vosotros, sino que seréis vosotros los que os estéis riendo de ellos.