Hace 9 años | Por Delapluma a perezreverte.com
Publicado hace 9 años por Delapluma a perezreverte.com

En ellos confío precisamente, a medida que me hago mayor, para atrincherarme cuando todo, al fin, acabe de irse al carajo y me encierre, en esa biblioteca que he ido preparando durante toda mi vida, con música de tango, bolero y copla en el aparato, unas cuantas botellas de Juan Gil y una escopeta de postas del calibre doce, mientras las respetables matronas corren desoladas, los imbéciles se preguntan cómo ha podido ocurrir esto, y los bárbaros, como es su vigorosa obligación histórica, saquean la Roma que amo y conozco.

Comentarios

D

Comprendo a Reverte, porque tengo un problema similar. Opino que la popularización del cabriolé entre los distendidos caballeros de las ciudades ha ocasionado que los empresarios cada vez apuesten menos por la construcción de carrozas, calesas y otros grandes carruajes. Se ha perdido estilo, elegancia y confort. ¡Incluso se han visto velocípedos, artilugios donde el conductor es su propio caballo! ¡La absurdidad del mundo moderno!

D

Vaya rabieta de sibarita. El personaje gamberro de Reverte cada vez se parece más a un vejete senil y cascarrabias.