La mayoría de satélites que hay en el espacio utilizan energía solar y baterías como fuente de energía. Sin embargo, los primeros satélites no utilizaban paneles solares, sino energía nuclear para funcionar. Naves de exploración como las Voyager 1 y Voyager 2 cuentan con generadores termoeléctricos de radioisótopos, y todas las misiones que no pueden depender del Sol utilizan este tipo de generadores, como la reciente New Horizons en Marte. Y Estados Unidos quiere usarla en más naves.
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