Los impagos de préstamos de autos en EE. UU. se disparan a niveles no vistos desde la crisis financiera, especialmente entre prestatarios subprime, donde las morosidades alcanzan récords históricos. Con una deuda total de 1,66 billones $, el aumento preocupa a los bancos y al mercado de valores respaldados por activos. Goldman Sachs advierte que los defaults “no serán bonitos”. El alza refleja la presión sobre hogares de bajos y medianos ingresos, incapaces de costear autos cuyo precio medio supera los 50.000 $, pese al bajo desempleo.
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