M. J. se creía invencible en su cuarentena con 3.500 euros de ingresos al mes. No se privaba de nada, aplazaba los pagos de la tarjeta y pidió un préstamo para un coche. “Crees que todo va bien y no sabes en lo que gastas”, reconoce ahora esa informática barcelonesa, que prefiere preservar su identidad. Acabó con una deuda de cerca de 50.000 euros en menos de tres años.
|
etiquetas: cultura , finanzas