Esclavos. Pero esclavos que se encadenan de manera voluntaria, gente con problemas muy parecidos al Síndrome de Estocolmo. Nos obsesiona esa falsa aceptación que buscamos de manera totalmente irracional e instintiva, y muchas veces no nos paramos a pensar si realmente vale la pena dejar de ser uno mismo en pos de la pertenencia a un grupo que ni siquiera nos valora.
Comentarios
Esperaba un artículo relacionado con el empleo
Aquí lo sufrimos desde hace décadas con los gobiernos de turno y sus votantes.