Hace 7 años | Por nestorromero a elcomercio.pe
Publicado hace 7 años por nestorromero a elcomercio.pe

Cuando Hadi Bakkour huyó de Siria en 2014 lo había perdido prácticamente todo, pero la guerra no le pudo quitar una pertenencia que le ha ayudado a tener una nueva vida del otro lado del mundo: su lengua. "Buenas noches", escribe Hadi en la pizarra mientras, en perfecto portugués, empieza la clase. En la puerta de al lado, otro refugiado sirio termina su sesión de árabe y en frente un solicitante de asilo venezolano y otro congoleño enseñan español y francés a sus estudiantes brasileños.