A Lai Hang le quedaban cuatro meses de vida y no había tiempo que perder. Era un día de 2015, cuando escuchó su pronóstico de cáncer terminal, ese mismo día cumplimentó el papeleo y comenzó el período de espera de 10 días para comprar una pistola. Luego pidió a su amiga de la infancia, Ping Chong, que guardara sus registros, incluyendo el certificado de defunción de su esposo, que había muerto de cáncer tres años antes.
Comentarios
Hizo lo mejor que se podia hacer
#0 el enlace creo que lleva a la página no al artículo
#2 Tienes razón, pero no consigo enlazarlo, no sé que sucede, debe tener alguna protección la página.
http://www.latimes.com/search/dispatcher.front?Query=hang+terminal&target=all&spell=on