Publicado hace 3 años por doctoragridulce a elsaltodiario.com

Escribía Walter Benjamin en un texto de 1933, Experiencia y pobreza, que tras el horror de la I Guerra Mundial “la gente regresaba muda del campo de batalla. No enriquecidas sino más pobres en cuanto a experiencia comunicable” (Benjamin, 2007: 217). Podría, sin duda, atribuirse esa mudez a la experiencia del trauma, y sin embargo sucede algo más. La imposibilidad de hablar ocurre también cuando se vive, no ya una experiencia traumática, sino un cambio de paradigma que no nos permite pensar con las categorías de antaño.

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De la noticia: "Los obreros, en su mayor parte hijos ya de represaliados por el régimen franquista, hijos pues de la pobreza extrema y la humillación"

Falso, los perjudicados por la reconversión eran gentes con empleo de calidad, estable y bien pagado. Este tipo de trabajos estaban reservados a clanes familiares adictos al régimen franquista. Por lo menos en el sur de España.

Como muestra este reportaje de Canal Sur sobre el centenario de la Compañia Sevillana de Electricidad, que suministraba a Andalucía. Adviertase que el reportaje presenta el enchufismo como algo positivo y una entrañable tradición.

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Minuto 8:36 Las centrales se conocen por el nombre de las familia que trabaja en ellas. La central de los Fajardo. Había un ingeniero que no quería enchufados pero conseguí meter a mis hijos.



Minuto 5:04 ¿Cuanta gente de su familia ha trabajado para Sevillana a lo largo de la historia? Toda. (4 generaciones)


Minuto 7:38 Aqui una tradición siempre de meter a los hijos. Mi cuñado metió a los suyos, mis nietos espero que trabajen aquí.
Yo entraba aquí (el centro de trabajo) como en mi casa, estaba aquí toda mi familia.


Estos son los que no se molestan en estudiar sabiendo que tienen un buen puesto reservado.