Durante los últimos cinco años los españoles han hecho un impresionante esfuerzo de productividad, pero el sector público sigue siendo un lastre. Las matemáticas lo dicen y yo no miento: en 2009 los asalariados españoles cobraron 322 millardos de euros y las empresas obtuvieron un beneficio bruto de 182 millardos. Cinco años después, en 2013, los salarios bajaron hasta 283 mil millones, mientras que el beneficio bruto subió a 214 millardos.