Hace 3 años | Por Thornton a envejecimientoenred.es
Publicado hace 3 años por Thornton a envejecimientoenred.es

Durante los primeros meses de 2020 se ha producido una emergencia sanitaria: la pandemia de coronavirus (COVID-19), ya conocida. La enfermedad ha provocado una elevada cifra de fallecimientos de personas mayores. Pero ha causado también una desgraciada notoriedad de estas instituciones de alojamiento colectivo, por la alta mortalidad de personas residentes en ellas, que han mostrado aparentemente un comportamiento ante la muerte muy desigual, por excesivo, del observado entre los residentes habituales en viviendas familiares.

Comentarios

b

Voy a hacer un analisis de palillo en boca y carajillo en mano. En espana, en la mayor parte de los casos, el tener a los mayores en casa se hace hasta que ya no puedes hacerte cargo de ellos, por problemas de movilidad, enfermedad... Pocos conozco yo (ya se que mi experiencia personal no implica que sea el caso de todos) que pudiendo valerse por si mismos o requiriendo un poco de ayuda asumible opten por irse de forma voluntaria y consciente a una residencia o que los hijos les manden a alli para no ocuparse de ellos. Cuando digos pocos es ninguno. Todos mis conocidos han tenido a sus padres o sus casas o en las propias hasta que ha sido imposible mantenerlos. Con lo cual, a las residencias van normalmente mayores que ya estan muy perjudicados de salud, unido a los problemas inherentes de la edad, hace que las residencias tengan un indice de mortalidad disparatado.
No voy a entrar en temas de gestion y presupuestos, porque eso ya es demasiado para un solo carajillo.