Hace 4 años | Por robustiano a elespanol.com
Publicado hace 4 años por robustiano a elespanol.com

Esta suerte de exorcismo moral posmoderno puede hacer posible que, pongamos por caso, un señor de Málaga le pida disculpas a una señora de Guanajuato por las acciones que hubiera cometido Hernán Cortés durante el sitio y caída de Tenochtitlan, o que unos tipos increpen a un policía local de Zaragoza por un delito cometido por otro policía, pero esta vez en la ciudad de Mineápolis. Es tal el prestigio que procura la acusación moral que hemos terminado por encontrarle el gusto a acusarnos a nosotros mismos.

Comentarios

D

Todo esto me recuerda al capitulo de South Park donde todos acaban denunciando a todos como es común en Usa

ElTioPaco

Ains que tiempos en los que solo unos pocos privilegiados podían acusar a otros por chorradas.

Que digo acusar... Fusilar, si hacía falta.

Los viejos buenos tiempos,
los viejos,
buenos,
tiempos.

D

#2 vaya, si que eres viejo.