El rechazo social que encuentran los desertores de la yakuza (bōryokudan) los está abocando a cometer delitos todavía más graves que los que venían perpetrando. La emisión de ordenanzas anti-yakuza desde 2010 está haciendo que muchas personas estén abandonando estos grupos criminales. No obstante, estas personas encuentran una fuerte discriminación dentro de las empresas.
Comentarios
Es que es duro ganarse la vida honradamente
Pobres, habrá que darles una paguita, a que me sonará esto...