Hace 5 años | Por --593346-- a blogs.20minutos.es
Publicado hace 5 años por --593346-- a blogs.20minutos.es

Estamos a un mes de las navidades, una época que muchos consideran propicia para llevar al hogar a un perro, un gato o un hámster, ya sea como presentes para un niño o un adulto. Da igual las veces que repitamos que un animal no es un regalo, que es una responsabilidad por mucho tiempo. Voy a asumir que lo que se desea regalar es un perro o un gato y que el destinatario es un niño. Voy a asumir también que todos los adultos en ese hogar lo han meditado bien, son conscientes de todo lo que va a suponer tenerlo y serán responsables...

Comentarios

Priorat

Ni a los "malos", ni a los "buenos".

D

Como ya expliqué en otro comentario, los "amantes" de los animales constituyen de por sí una de las categorías más peligrosas y crueles de maltratadores de animales, porque ellos son la base motivadora de la existencia de toda la rama del maltrato de los animales domésticos (es decir, dejando a un lado otras ramas del maltrato animal, como el maltrato a animales en festejos populares, la caza, los zoológicos y reservas animales, carros de caballo, etc).

Cuando en este artículo la autora nos habla de una "hipotética" pareja de padres "amantes" de los animales que se plantea regalar a su hijo algún animal por navidad y se preocupan por acometer el asunto de una manera responsable (hipotéticamente, repito) tendente a evitar el maltrato al animal (como por ejemplo haciéndose a la idea desde un primer momento de que un animal no es un simple juguete y requiere unos importantes gastos en cuidados adecuados durante largo tiempo, incluyendo gastos veterinarios; o que el animal no sea demasiado pequeño para que no sufra daños por el manoseo infantil; o que el animal sea adoptado en una protectora en vez de comprado; etcétera) la autora, sin darse cuenta, más que mostrarnos la pareja de "amantes" de los animales asumida e hipotéticamente "responsable" (cuya existencia precisamente asume solo como algo hipotético), en realidad lo único que hace es apuntar a los "amantes" de los animales del mundo real, que simplemente regalan un animal a su niño pequeño para que el niño se divierta con él como si fuera un juguete, y después de unos cuantos meses de tortura para el animal, si el animal todavía sigue vivo, se deshacen de él de cualquier manera, tanto si sigue sano como si ha caído enfermo por culpa de la tortura.

También la autora nos habla del criador que debería elegirse, un criador que no sea "malo" sino "bueno", un criador también hipotético, que se dedica a la cría sin el más mínimo interés por ganar dinero y totalmente aplicado a que sus animales no porten enfermedades genéticas o problemas de carácter. Cuando la autora nos habla de este criador "bueno", meramente hipotético, el que indirectamente queda puesto de manifiesto es el criador del mundo real, el criador "malo"; porque, sencillamente, casi por definición, no hay criador "bueno": la cría es otra de las formas más crueles de maltrato animal, porque consiste pura y simplemente en producir y perpetuar la existencia de animales que satisfagan las egoístas e irresponsables demandas de esos otros maltratadores de animales que son los "amantes" de los animales.

Los maltratadores "por maldad", los que maltratan buscando precisamente el maltrato en sí, son peligrosos. Pero los maltratadores "por negligencia", "por despreocupación" o "por inferioridad mental" (es decir, los "amantes" de los animales) son infinitamente más peligrosos, porque se consideran a sí mismos y se declaran "amantes de los animales", y maltratan a los animales creyendo seriamente que les están haciendo algún bien.

R

Nunca compraría un perro de criadero. Punto.

gonas

Los animales no se regalan y menos a un niño. Quien piense que un niño se va a hacer cargo de un animal, está un poco despistado.

RojoRiojano

En tres sílabas: A-DOP-TAR

OviOne

#9 Lo entiendo, pero el bienestar del animal debe estar por encima de determinados criterios. Si todos pensáramos así, todo perro que no siguiera los cánones de las razas acabaría tirado por la calle...

Por otra parte, ya sean grandes, pequeños, viejos o jóvenes, de unos colores o de otros, son perros, no son pollos ni caballos ni cocodrilos. La raza a efectos de relación entre los humanos y ellos apenas es relevante. Tres cuartos de lo mismo con los gatos.

OviOne

"Malos criadores". Tócate los huevos, como si hubiera buenos.

D

#2 Bueno, los habrá malos y peores. Siempre hay peores.

Liet_Kynes

#2 Yo conozco uno bueno. Los tiene en una propiedad bastante grande donde tienen espacio para correr y cuando tiene una camada pasa las noches con los cachorros los primeros días, les pone la calefacción si es invierno, y mil cuidados más. Cuando tiene que vender uno mira muy bien a quién se lo vende y si ve algo raro en el dueño no se lo vende. Se preocupa bastante por sus perros
Y en una ocasión fui con una amiga a comprar un perro a un criador que los tenía en su propia casa. No se puede generalizar

OviOne

#6 Creo que no me has entendido. La propia cría y comercio de animales "de compañía" no me parece ética. Máxime teniendo en cuenta que los refugios siguen estando atestados de perros y gatos abandonados.

Evidentemente es mejor que quién cría lo haga en las condiciones que dices, pero lo ideal sería que no se pudiera comerciar con perros y gatos y la cría prácticamente desaparecería.

Liet_Kynes

#8 Lo que me comentan amigos y conocidos que tienen perros de raza es que con un perro de raza sabes lo que compras, en el sentido de que al controlar los cruces sabes qué tamaño va a tener, su carácter, etc. Yo no entiendo de perros, y si tuviera uno lo adoptaría, pero lo que me cuentan es que comprando a determinados criadores tienes asegurado un perro equilibrado
Con los perros que tienen mil cruces es más difícil controlar todo eso

Mahak

#2 Yo conozco uno "BUENO", bueno en mayúsculas.

Actualmente mi novia y yo compartimos nuestra vida con 2 gatos. La primera fue recogida de la calle y el segundo es de criador.

Tras traer con nosotros a la gata de mi novia, la cual en ese momento vivía con su abuela, decidimos ampliar la familia con un gato más. Mi novia tenía especial interés en una raza en concreto así que decidimos mirar algún criador.

Nuestra experiencia fue tan buena que no lo dudamos nada.
Buscamos por internet y encontramos un criador que nos gustaba y además estaba cerca. Tras ponernos en contacto con ellos, nos pidieron que les hiciéramos una visita para conocer a los gatos y para conocernos ellos a nosotros.

El criadero era una casa de pueblo reformada, donde vivían ellas con todos sus gatos. Ambas (dos chicas) tenían trabajo propio, la cría de gatos era porque les gustaba, no pensaban tener hijos y los gatos para ellas lo eran. A los gatos no les faltaba de nada.

Lo primero que nos preguntaron era sobre nuestro interés en el gato, si nos podíamos permitir mantener un gato de esas características (se trata de la raza de gatos más grandes que hay) y donde iba a vivir el gato.

Aunque inicialmente les gustamos, no nos podían asegurar aun que pudieran vendernos un gato, antes de eso era requisito indispensable visitar nuestra casa para asegurarse que lo que les habíamos contado era verdad y el gato iba a vivir bien.

Tras la visita quedaron contentas y nos comprometimos a quedarnos con uno de la siguiente camada. Esperamos más de 1 año, ya que la primera gata con la que ya habían tenido dos camadas ya la habían castrado, no querían "explotarla".

Cuando llego el momento, no firmamos un contrato de compra, sino uno de adopción modificado.

En él las criadoras tenían muchas responsabilidades y nosotros también. Tales como, proporcionar al gato un rascador adecuado para su tamaño, un castillo de gatos para jugar, alimentación adecuada y gastos veterinarios siempre que fueran necesarios. Quedaba explícitamente prohibido utilizar al gato para ningún tipo de trabajo.
En caso de enfermedad grave del gato debíamos ponernos en contacto con ellas (su veterinario entraría en las decisiones sobre el gato) y si el animal moría estábamos obligados a realizar una necropsia, para ellas conocer la causa de la muerte exacta.

Además de todo esto, nos solicitaron mantener el contacto y al menos enviar fotos del gato a menudo para conocer su estado. Mantienen el contacto con todos los dueños de sus gatos desde que empezaron.
El día que el gato vino con nosotros los trajeron ellas mismas a casa y se quedaron a cenar con nosotros para ver qué tal le iba al gato en sus primeras horas con nosotros.

Desde entonces, hemos mantenido mucho contacto, nos visitan habitualmente y nosotros siempre vamos a visitarlas cuando tienen una camada nueva. Siempre que tenemos cualquier duda sobre los gatos hablamos con ellas buscando consejo.

Si esto para vosotros es un criador malo... El tema de criador o adopción no es blanco o negro como muchos hacéis ver.